miércoles, enero 29, 2014

El lado positivo del éxodo venezolano

Inteligencia Migratoria: El lado positivo del éxodo venezolano: En el mes de octubre, líderes mundiales y expertos en migraciones se reunieron en Nueva York en el marco del Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración Internacional y el Desarrollo de la Asamblea General de la ONU. Los participantes discutieron el creciente impacto de las contribuciones de los migrantes a las economías y realidades sociales de los países miembros, así como la necesidad de incluir la migración como un punto clave en la agenda del desarrollo.

[Fragmento de un artículo escrito por Andreina Seijas, enero 2014]

La última crisis económica mundial llevó a la reconfiguración del marco socio-económico, particularmente en América Latina, donde los flujos migratorios intrarregionales se han incrementado significativamente como resultado de la disminución de oportunidades de empleo y el refuerzo de políticas migratorias en Europa y los Estados Unidos. Países como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay se han convertido en destinos populares para los migrantes internacionales.Todos los países de la región se están beneficiando enormemente de la interconexión demográfica y comercial, con una excepción: Venezuela.
Durante años Venezuela fue un destino popular entre migrantes. Particularmente entre las décadas de 1940 y 1970, miles de inmigrantes europeos y de otros países latinoamericanos (particularmente Colombia) vieron a Venezuela como un lugar ideal para escapar de guerras civiles, dictaduras y crisis económicas. En ese entonces, el país sudamericano contaba con una economía pujante y era una de las naciones políticamente más estables del hemisferio occidental.
El boom económico duró hasta mediados de los años ’80, cuando el colapso en los precios del petróleo perjudicó severamente a la economía venezolana. El estándar de vida de los venezolanos cayó de forma drástica, como resultado de políticas económicas fallidas, aumentando los niveles de corrupción en el gobierno, los índices de la pobreza y el crimen. Fue durante este período que, por primera vez, un número significativo de venezolanos decidieron ir en búsqueda de mejores oportunidades en el exterior.

Aunque no existen registros oficiales del número exacto de venezolanos que residen en el exterior, entre 1999 y 2013, algunos expertos estiman que cerca de 1 millón de venezolanos han salido del país, un 3,5% de la población.

Debido a su proximidad geográfica y cultural, Colombia es el destino predilecto de los migrantes venezolanos en América Latina. Algunos creen que el boom del petróleo en Colombia en la actualidad puede adjudicarse directamente a una rara mezcla de expertos: miles de profesionales venezolanos de alto nivel a los cuales se les prohibió trabajar en la industria luego del Paro Nacional de 2002 y 2003. Además de Colombia, los venezolanos se han desplazado a Miami, Ciudad de Panamá y Madrid, y cada vez más se los detecta en lugares no convencionales como Sydney, Calgary y Santo Domingo.
Sin embargo, hay un lado positivo frente al drama y la fuga de cerebros. De acuerdo con Michael Clemens, estudioso en el Centro de Desarrollo Global en Washington, D.C., la emigración presenta muchos beneficios escondidos para el país de origen. En una publicación reciente sobre migración calificada y desarrollo, Clemens plantea que “incluso si los migrantes no regresan a sus países de origen, transfieren dinero, habilidades, tecnología e incluso ideas democráticas; sus historias motivan las inversiones en educación en los países de destino; y logran expandir sus oportunidades de vida, cosa que no habría sido posible si no se hubieran mudado.”
Este y otros estudios revelan que, además de ser una fuente importante de remesas, los migrantes promueven también el espíritu emprendedor y la transferencia de conocimiento y herramientas cruciales para el crecimiento y bienestar de los países de origen. La diáspora venezolana ha comprendido generalmente profesionales de alto nivel. Si a esto le agregamos los miles de jóvenes venezolanos que durante 14 años han obtenido sus títulos de educación superior en el exterior, contamos con una base profesional sólida con potencial increíble. ¿Cómo podemos aprovechar este capital humano para beneficiar a Venezuela?
Una diáspora comprometida es condición sine qua non para el desarrollo de países con alto número de emigrantes. No hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos. México — un país que, distinto a Venezuela, tiene una larga historia de migración — ha descubierto el ingrediente secreto: conectar la migración al desarrollo.
El Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) coordina una larga lista de iniciativas a través de la red consular que apunta a fortalecer los lazos entre ciudadanos mexicanos: aquellos que viven en México y los que viven en el exterior. A través del “Programa 3×1,” por ejemplo, los mexicanos que viven en Estados Unidos pueden invertir directamente en sus comunidades de origen. Por cada peso mexicano provisto por migrantes, el estado federal y los gobiernos municipales contribuyen con un peso adicional.

Los venezolanos en el exterior también se están moviendo en esta dirección. VenMundo, una red no partidaria de venezolanos viviendo en Canadá, Chile, Estados Unidos y España, ha armado una serie de propuestas que incluye un censo exhaustivo de la población migrante venezolana y un programa de incentivos para migrantes que vuelven. Aún así, todavía faltan mayores recursos y voluntad política para que estas ideas puedan tomar vuelo.

Fuente: Blog Inteligencia Migratoria.

domingo, enero 26, 2014

10 valores para crear 'riqueza'

Lo que se lee a continuación fue algo que vi en un post de Facebook y me pareció tan interesante que lo reproduzco íntegramente aquí:
Los deseos primarios de toda persona son ganar más dinero, progresar y ser feliz. Una forma efectiva de lograr estos anhelos es siendo 'ricos'.
Así como hay personas 'pobres' y personas 'ricas', hay países 'pobres' y países 'ricos'.
La diferencia entre los países pobres y los ricos no es la antiguedad del país. Lo demuestran casos de países como India y Egipto, que tienen miles de años de antiguedad y son pobres. En cambio, Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran casi desconocidos son, sin embargo, hoy países 'desarrollados' y 'ricos'.
La diferencia entre países pobres y ricos tampoco son los recursos naturales con que cuentan, como es el caso de Japón que tiene un territorio muy pequeño y el 80% es montañoso y no apto para la agricultura y ganaderia. Sin embargo es la segunda potencia economica mundial [bueno, en realidad es ahora la tercera, porque China es imparable y le arrebató ese segundo puesto], pues su territorio es como una inmensa fábrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados, también a todo el mundo, logrando así su riqueza. Por otro lado, tenemos una Suiza sin océano, pero tiene una de las flotas navieras más grandes del mundo; no tiene cacao pero tiene el mejor chocolate del mundo; en sus pocos kilómetros cuadrados, pastorea y cultiva solo cuatro meses al año ya que el resto es invierno, pero tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Al igual que Japón no tiene recursos naturales, pero da y exporta servicios, con calidad muy dificilmente superable. Es un país pequeño que ha vendido una imagen de seguridad, orden y trabajo, que lo han convertido en la caja fuerte del mundo.
Tampoco la inteligencia de las personas es la diferencia, como lo demuestran estudiantes de países 'pobres' que emigran a los países 'ricos' y logran resultados excelentes en su educación. Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas y al hablar con ellos nos damos cuenta de que no hay diferencia intelectual.
Y tampoco es la raza la que marca la diferencia, pues en los paises centro europeos o nórdicos, vemos como los llamados vagos del sur demuestran ser la fuerza productiva de estos países, no así en sus propios países donde nunca supieron someterse a las reglas básicas que hacen a un país grande.
La ACTITUD de las personas es la diferencia. Al estudiar la conducta de las personas en los países 'ricos' se descubre que la mayor parte de la población sigue las siguientes reglas y acuérdense que el orden podría ser discutido sanamente:
1. La moral como principio básico.
2. El orden y la limpieza.
3. La honradez.
4. La puntualidad.
5. La responsabilidad.
6. El deseo de superación.
7. El respeto a la ley y los reglamentos.
8. El respeto por el derecho de los demás.
9. Su amor al trabajo.
10. Su afán por el ahorro y la inversión.
¿Necesitamos mas Leyes? ¿No sería suficiente con cumplir y hacer cumplir estas 10 simples Reglas?
En los países 'pobres', solo una mínima (casi nula) parte de la población sigue estas reglas en su vida diaria. No somos 'pobres' porque a nuestros países les falten riquezas naturales, o porque la naturaleza haya sido cruel, simplemente nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas de funcionamiento de las sociedades...
A DIFERENCIA de OTROS mails en cadena, si no mandas copia de este mail a más personas, no se te va a morir el perro, ni te van a despedir del trabajo. Tampoco te vas a sacar la lotería por mandarlo. Pero sería bueno que lo compartieras con otras personas. ¿Quien sabe?... A lo mejor ayudas para que en algunos años más vivamos en un pais 'desarrollado'... [así que corre la voz y, además, trata de practicar estos valores en tu día a día. No está de más intentarlo].

jueves, enero 23, 2014

Reflexiones gerenciales de un caraqueño

Enrique Tejera París es un reconocido abogado, economista y profesor universitario de varias generaciones de profesionales en ambas carreras, además de político (ejerció la Gobernación del estado Sucre durante la segunda Presidencia de Rómulo Betancourt y fue elegido Senador), nacido en la caraqueñísima parroquia de La Pastora. Tiene entre los más resaltantes méritos de su hoja de vida el ser uno de los fundadores de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela y la creación de la hoy extinta Oficina Central de Planificación (CORDIPLAN, convertida hoy en el tristemente célebre Ministerio del Poder Popular para la Planificación, encabezado por el lúgubre Jorge Giordani). Además de eso, se ha desempeñado como Embajador de Venezuela ante los Estados Unidos y las Naciones Unidas, Director del Fondo Monetario Internacional, Ministro de Relaciones Exteriores y exitoso escritor de Memorias (comenzando por el primer volumen de ellas, "La Formación de un Caraqueño") y senador por el partido Acción Democrática (lo que evidencia que, a pesar de su brillante trayectoria, este buen caballero dista de ser perfecto).


En un "Libro de Amigos" publicado en homenaje al historiador venezolano Guillermo Morón en 1996, Tejera París, muy conocido por su estilo afable y llano, reflexiona sobre la aguda crisis que padecía Venezuela para aquél momento (de la cual, creo, aún no nos hemos recuperado, porque sus síntomas son económicos y políticos, pero sus causas más profundas son culturales y morales), recordando cómo fue la evolución del país luego del fin del régimen de Juan Vicente Gómez y las tareas que tuvo que asumir esa generación para (re)construir al país y reparar las heridas abiertas tras 27 años de un gobierno agudamente represivo y extremadamente conservador.

En esas líneas, tituladas "Historia y Objetivos como Factores de Identidad", nuestro personaje parte del contraste entre esa influyente y activa generación (gran parte de ella forjada en la luchas estudiantiles de 1928) y la del momento en que desarrolla esa reflexión, es decir a mediados de la década de los 90, pero cuyo diagnóstico, contenido y conclusiones sigue, sorprendentemente, aún vigente, aunque hayan transcurrido casi dos décadas desde entonces.

Varios "defectos" identifica Tejera París en la sociedad venezolana, no en el sentido de taras imposibles de erradicar, sino de lastres que le impiden a nuestra sociedad superar el estado de crisis, con el fin expreso de superarlas a través de un proceso de autocnocimiento y educación colectivo. Entre tales "impedimentos", encontramos (1) la falta de autoestima, (2) la falta de puntualidad, (3) la falta de continuidad y (4) la falta de simplidad en las soluciones, o lo que es lo mismo, el exceso de complicaciones. Como remedio o terapia a tales padecimientos, nuestro buen hombre señala la única panacea capaz de solucionar nuestros problemas: la educación, específicamente aquella que tenga los siguientes caracteres: básica, continua, simple, vocacional, obligatoria, con una fuerte base histórica  y orientada a los más elevados valores y objetivos nacionales y sobre todo, al trabajo.

A partir de esta y en las próximas oportunidades, publicaré de la manera más condensada posible estas ideas, con algunos humildes comentarios propios, por cuanto me parece que resumen una valiosa experiencia no sólo al servicio de la nación, sino también que revela una noción saludable y plena de sentido común de la gestión, no sólo de los asuntos públicos (que interesan a toda la colectividad), sino también que es sumamente útil desde el punto de vista del interés particular. Comencemos pues, en esta entrada, a leer la interesante visión gerencial de Enrique Tejera París:

HISTORIA Y OBJETIVOS COMO FACTORES DE IDENTIDAD

La capacidad administrativa es un factor crítico del progreso de una nación. Implica imaginación, capacidad de promoción y gestión, destreza de las relaciones, todo lo cual ha demostrado tener Guillermo Morón... ejemplo de los muchos trabajadores de toda clase que, en poco más de cincuenta años, lograron la asombrosa transformación de Venezuela.

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He sostenido que los venezolanos nacidos durante el primer cuarto del siglo XX constituyen la cohorte de mayor influencia en el progreso de nuestro país. Dirán que ayudada por el ingreso petrolero. La generación de 1810 también surgió al amparo de la riqueza agrícola y produjo la Independencia...

Había... desde la dictadura de Gómez una unidad de criterio y objetivos en la educación, que se imponía mediante exámenes de todos los alumnos, juntados por orden alfabético los de las escuelas privadas con los de las escuelas públicas. Las 'tesis' estaban basadas en programas y 'sinopsis' uniformes y decretadas por el Gobierno. Y el aspecto más inspeccionado era el de la Historia, que sólo podían impartir los ciudadanos venezolanos... En realidad fue la 'Historia Patria' la que nos dio seguridad en nosotros mismos, y consolidó la identidad nacional. Al perder la enseñanza de historia patria su papel preponderante y uniformante, los venezolanos fueron perdiendo ese asidero y, con él, cohesión y estima...

Venezuela volvió a tener graves problemas precisamente en el auge de su renta petrolera, cuando una crisis por incompetencia y desenfado gubernativo fue sucedida por otra de deshonestidad bancaria, ya con protagonistas de la generación siguiente. En este momento en que sufrimos las consecuencias de esas crisis, es conveniente recordar algunas experiencias, -con errores o buenos éxitos- para que las próximas generaciones puedan aprovecharlas en lo que sirvan y dar un nuevo salto civilizador.
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Las generaciones son como los cometas: barren un firmamento político por corto tiempo y dejan atrás una cola cada vez más tenue. Aparecen de tiempo en tiempo próceres o personajes excepcionales, que liberan países, fundan movimientos políticos o triunfan en las crisis. A su alrededor se forman núcleos cohesionados que a medida que van desapareciendo, van dejando el carril de tierra floja por donde corren sus sucesores. Algunas veces los sucesores cimientan estos carriles y no resbalan ni retroceden; otras veces quedan atascados o desalentados por el cansancio... hay generaciones más exitosas que otras y de poco servirá aprender historia si no se le fuera a sacar partido comparando y entendiendo sus respectivas acciones u omisiones...

Nuestra generación [se refiere a la llamada Generación del 28] fue la de los 'toderos'. No lo digo en forma peyorativa. Había que hacer de todo porque había muy pocos para cubrir todos los frentes de la Venezuela que emergía desde 1936 y era posible hacerlo porque los problemas que enfrentábamos, aunque masivos, eran primarios. La generación que nos sigue ya es de especialistas, producto del inmenso esfuerzo educativo que coloca a Venezuela entre los países que encabezan las cifras de universitarios...

Hay que decir además que nuestras nuevas universidades, al copiar prematuramente algunos aspectos de universidades de países industrializados, hoy parecen formar más vocaciones de empleados que de empresarios, graduando ingenieros y administradores para que busquen empleo en alguna empresa y no para crearla, cuando Venezuela está precisamente urgida de forjar promotores y empresarios de industria...

En el fondo el fetichismo de ser 'doctor' ha privado al país de su habilidad manual nativa, al inhibir el interés por ir a escuelas vocacionales; la obesidad de nuestras universidades ha contribuido a reducir la musculatura creadora del país... A pesar de que ya el trabajo manual está en bastantes casos mejor remunerado que el intelectual y que los artesanos, industriales o comerciantes ganan más que muchos universitarios, la enseñanza y el aprendizaje técnico son desdeñados [algo parecido me comentaron durante un viaje por Argentina, respecto a lo difícil que es encontrar un buen plomero en una ciudad llena de abogados como Buenos Aires]. En los propios institutos de educación superior, hemos desbalanceado la producción de graduados, preparando a muchos de los mejores en carreras de escaso empleo en Venezuela; simplemente, un buen número preferirá irse a trabajar a los países cuya educación copiamos antes de tiempo... [Es decir, que el mismo sistema promueve la fuga del capital humano que forma].

No deberemos asustarnos porque Venezuela se globalice, pues esa es la tendencia mundial. No me asusta que a la larga haya algo de emigración, pues no hay país que escape de eso. Lo que me asusta es el desbalance laboral, social y moral que se está creando en Venezuela. No me asusta que Venezuela llegue a ser exportadora de talentos o de mano de obra no calificada... Todo esto lo padecen países muy prósperos y algunos hasta se financian con su emigración... Lo que sí debe preocuparnos es que esos movimientos se vuelvan puramente centrífugos de gente preparada que, desengañada, atice desde el exterior la subvaloración que hoy vuelve cenizas, lentamente y por debajo de la corteza, a la leña misma que sostiene a la nación.

Estas no son abstracciones, los venezolanos debemos confrontar y solucionar con urgencia nuestros problemas socioculturales y demográficos, dar vida al concepto de nacionalidad, asimilar a los inmigrantes, fortalecer nuestra estima e identidad y redirigir nuestro Sistema Educativo. Para esto convendrá identificar cada problema, cada defecto de nuestra cultura social y hacer campaña para erradicarlo. Es una necesidad de inmensa simplicidad. Y simples, directas y masivas deberán también ser las soluciones.

Para leer más de (y sobre) Enrique Tejera París, ver:

- Reseñas de los Tomos II ("Dos Golpes y una Transición"), III ("Gobierno en Mano") y IV ("Cuando Venezuela tenía Razón") de sus Memorias.

- Una (muy mala) crítica a las Memorias del jovial caballero.

- En el blog Enrique Tejera París está publicada la conferencia "La Constitución somos todos". Altamente recomendable su lectura.