domingo, marzo 26, 2006

Ejemplo a seguir: Larry Page.


Magnífico artículo sobre uno de los creadores del mundo contemporáneo (con sólo tres décadas de vida), de la revista The Economist, publicado en el diario El Universal. Este personaje, como se desprende de la lectura del interesante artículo, es toda una figura ejemplar para toda la juventud que está dispuesta a asumir los retos que depara la vida actual en el aspecto económico. Veamos, pues:
"PERFIL/ Larry Page, uno de los fundadores de Google, es un dios surgido como por arte de magia.

LA META ES CAMBIAR EL MUNDO.

El cerebro tras el buscador de Internet no cesa en su interminable cadena de proyectos

THE ECONOMIST.

¿Sentirá vértigo Larry Page cada vez que contempla su vida y su futuro? Después de todo, él y Sergey Brin, los creadores del motor de búsqueda de Internet Google, pueden afirmar con toda legitimidad que han desencadenado una revolución en el mundo de las comunicaciones y la información. A los 32 años, ya tienen una fortuna de más de 10 millardos de dólares cada uno y vuelan alrededor del mundo en su propio Boeing 767. Bill Gates les teme; otros ejecutivos de la industria sienten admiración o envidia.

"No es algo en lo que suelo pensar", dijo Page entre bastidores luego del discurso clave que pronunció en el Consumer Electronics Show (CES) que tuvo lugar recientemente en Las Vegas. No obstante, tener que reflexionar sobre los logros de su compañía, agregó de manera vacilante y pensativa, le confiere un mayor "sentido de la responsabilidad" para hacer del mundo un mejor lugar. "La razón por la que su pregunta no tiene sentido", explicó Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, "es que él está sumamente ocupado". Sí, ocupado, pero intentando transformar el planeta.

Este propósito ha generado gran confusión. La semana anterior al CES, por ejemplo, gran parte de la prensa internacional difundió los rumores de que Page anunciaría la creación de una nueva computadora económica que funciona con un software fabricado por Google (lo que, según la lógica, finalmente estremecería el dominio que tiene Microsoft en el mercado de los sistemas operativos). No hizo tal anuncio, pero sí es cierto. Google "apoyará" un proyecto del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) para fabricar una laptop para pobres. Muchas otras compañías también ofrecerán su respaldo. ¿Y quién no lo haría? Lo que sí "anunció", a modo de broma, fue el nuevo Google Fastfood, un botón en el tablero de los autos para preparar hamburguesas instantáneas.

Durante gran parte de su discurso, Page pareció hacer el papel de un chiflado visionario, con una bata de laboratorio y zapatos deportivos. Exhortó a los 2.500 expositores a que adoptaran normas industriales y fabricaran equipos menos aparatosos. Igualmente hizo el anuncio de nuevos productos, tales como la expansión de Google Video, una aplicación que permite al usuario vender videos.

Así, Google continúa una interminable cadena de lanzamientos de productos que, en conjunto, son un indicio de una ambición sin fronteras.

ACESO A TODA LA INFORMACIÓN

Google no sólo pretende "organizar toda la información disponible a escala mundial". Además de escanear todos los libros existentes para facilitar su búsqueda vía Internet y proporcionar acceso a la información local mediante teléfonos celulares, intenta establecer una conexión inalámbrica gratuita a la red de redes en su ciudad natal en el Valle del Silicio, y quizás en San Francisco y otras ciudades.

La ambición de Page se manifestó a temprana edad. A los 12 años leyó la biografía de Nikola Tesla, uno de los científicos más revolucionarios de la historia a quien en muchas ocasiones no le reconocieron su trabajo. Desde entonces, Page decidió que sería diferente: un gran inventor y alguien que cambiaría el mundo. Siendo hijo de un profesor de Informática, canalizó toda su energía hacia la tecnología. En la universidad, ocupaba su tiempo construyendo impresoras de inyección de tinta con piezas de Lego, quizás sólo para demostrar que podía hacerlo. Varios años después, ideó un sistema para clasificar las páginas web por orden de importancia (PageRank), que luego sería la base de su portal Google. Tras asociarse con Brin, un genio de las matemáticas nacido en Rusia, Page dejó su investigación y fundó Google.

Desempeñaba el cargo de presidente ejecutivo, hasta que decidieron sustituirlo por alguien con mayor experiencia. Fue entonces cuando Schmidt, ex presidente de Novell, entró en escena. Pero Google siguió siendo por mucho tiempo únicamente una creación de sus socios. Fue Page quien sugirió la idea de inscribirla en la bolsa de valores. Pese a su rápido crecimiento -de unos 200 empleados cuando Page ocupaba la presidencia, en la actualidad tiene casi 5.000-, Google no ha perdido fanatismo puritano.

Este entusiasmo ha empezado a fastidiar a muchos. Alguien que visitó las instalaciones de la compañía, conocidas como "Googleplex" en el Valle del Silicio, "tuvo la sensación de que era una empresa de misionarios. Debido a su determinación de transformar el mundo, es probable que en menos de un año Google sea víctima de un mayor desprecio dentro de la industria Microsoft" afirmó Pip Coburn, un analista del sector tecnológico. Muchas personas que administran blogs o bitácoras en línea han empezado a tildar a la empresa de arrogante. Paul Saffo, del Institute for the Future, sostiene que "Google es una religión que se hace pasar por una compañía".

Si Google es una religión, entonces ¿quién sería Dios? Tendría que ser el algoritmo. Eso es lo que Page y Brin parecen tener en común: fe en un posible algoritmo omnisciente y omnipotente. Google fue la idea de dos estudiantes de la Stamford University que convirtieron una obsesión intelectual en una búsqueda. ¿Y cuál es esa búsqueda? La mera posibilidad de sacar a Microsoft del juego sería muy banal. "No pretendemos crear un sistema operativo más eficiente", afirma Schmidt. Parte del plan es, sin duda, "organizar la información procedente de todo el mundo". Pero se rumorea que hay un proyecto más grandioso: una red computarizada masiva y global. Finalmente, agregó Saffo, "están tratando de construir una máquina que supere la 'prueba de fuego', una inteligencia artificial que pueda pasar como una persona en las conversaciones escritas. Sea una buena idea o no, Google espera ser un nuevo tipo de deus ex machina (un dios que sale de una máquina)...".

Traducción: Servio Viloria.
Fuente: http://www.eluniversal.com, 02/20/2006.

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