lunes, septiembre 22, 2008

WSJ: Un nuevo Wall Street


Con la severa crisis financiera que se ha venido incubando desde mediados del año pasado con la debacle del mercado de créditos inmobiliarios y cuyo máximum se ha registrado este año con la bancarrota del banco de inversiones Lehman Borthers y la caída del mercado de valores a sus niveles mínimos desde los años 80, el mercado de valores estadounidense está sufriendo una de las mayores transformaciones de su historia.

Así lo refiere el Wall Street Journal en su edición on line del día de hoy, al reseñar la decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos de convertir a los últimos bancos de inversión que quedan de la debacle en bancos tradicionales (Morgan Stanley y Goldman Sachs):
La Reserva Federal, en un intento por evitar que la crisis de Wall Street contagie a sus dos principales instituciones, tomó una medida extraordinaria en la noche del domingo al dar el visto bueno para convertir a los bancos de inversión Morgan Stanley y Goldman Sachs Group Inc. en bancos tradicionales.

Con esta decisión, el Wall Street tradicional, un grupo de firmas independientes que compra y vende valores, asesora a sus clientes y es menos regulado que los bancos que reciben depósitos, dejará de existir. Las dos instituciones más prestigiosas de Wall Street quedarán bajo la supervisión de los reguladores bancarios estadounidenses, lo cual los ata a nuevos requerimientos de capital, más supervisión y mucha menos rentabilidad de la que han disfrutado históricamente.
Esta decisión en realidad no sorprende. Ya desde semanas anteriores se hablaba de una reorganización en Wall Street luego del momento convulsionado que está viviendo, que incidiera en la modificación de los niveles de riesgo comúnmente aceptables para que las instituciones financieras efectuaran sus operaciones.

Por otra parte, luego de lo experimentado en este último año, la decisión más sensata fue la que tomó la Fed. Los controles en el gasto y endeudamiento son necesarios a los fines de mantener un mínimo de seguridad y control frente a los riesgos amenazantes de convulsiones como la actual. Sin embargo, el otro peligro que se plantea es que una disminución en la libertad de las instituciones para actuar y ejercer el autocontrol sobre sus operaciones puede incidir también en la forma en que se genera la riqueza. Asimismo, reduce los márgenes de ganancias de los inversionistas, con consecuencias nada deseables para la economía.

Los resultados de esta medida aún están por verse. Todo dependerá de cómo la autoridad fiscalizadora acometerá sus tareas de control sobre las anteriores instituciones de inversión. Habrá que confiar en el criterio de los reguladores y en que las medidas que tomen sean implementadas de la forma más inteligente posible, para evitar crisis posteriores y no para generar otras.

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