jueves, marzo 01, 2012

Sentido común sobre la inflación (III)

En las entradas precedentes, he reseñado el capítulo 9 de la obra de Milton y Rose Friedman "Libertad de Elegir", dedicado íntegramente a la inflación, sus causas, efectos y remedios. Continuando con este tema, que ha devenido vital para la economía contemporánea (y particularmente la venezolana), aquí presento algunos extractos que son idóneos para comprender este fenómeno, particularmente en lo atinente a los efectos secundarios sobre la economía de la solución propuesta por el economista norteamericano para combatirla:

1) Un ejemplo de cómo los Estados obtienen ingresos de la inflación: LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CARRETERA

(recordemos que los ejemplos del libro de Friedman se refieren a la realidad estadounidense y que el contexto temporal es de finales de los años 70 y comienzos de los 80)
"La financiación del gasto público mediante el aumento de la cantidad de dinero parece una cosa más bien mágica, como si se consiguiera algo de la nada. Para utilizar un ejemplo sencillo, el Estado construye una carretera y la paga con billetes de la Reserva Federal recién emitidos. Parece como si todo el mundo estuviera en una situación mejor. Los trabajadores que han construido la carretera han recibido sus salarios y pueden comprar alimentos, ropas y vivienda con ellos; nadie ha pagado impuestos. Sin embargo, donde antes no había nada, ahora hay una carretera. ¿Quién la ha pagado?

La respuesta es que todos los tenedores de dinero la han pagado. El dinero adicional aumenta los precios cuando se destina para inducir a los trabajadores a contruir la carretera en vez de dedicarlos a cualquier otra actividad productiva. Esos precios más altos se mantienen mientras el dinero adicional circula a través de la corriente de gastos de los trabajadores a los vendedores de lo que aquéllos compran, de esos vendedores a otros, y así sucesivamente. Precios más altos significan que con el dinero que la gente tenía antes, podrá comprar menos cosas que ahora. A fin de disponer de una cifra de dinero con la que poder comprar la misma cantidad de bienes y servicios que antes, los individuos no podrán gastar todos sus ingresos y deberán emplear parte de éstos para incrementar sus saldos monetarios.

El dinero adicional emitido es equivalente a un impuesto sobre el dinero efectivo existente en la actualidad. Si aquél hace aumentar los precios en un uno por ciento, entonces, cada poseedor de dinero en realidad ha pagado un impuesto igual al uno por ciento de sus tenencias de dinero. Los trozos adicionales de papel de que ahora debe disponer (o los asientos contables que debe realizar) para poder tener la misma capacidad adquisitiva en forma de dinero que tenía antes, no se pueden diferenciar de los otros trozos de papel que tiene en su bolsillo o en una caja fuerte (o de los asientos contables), pero en realidad constituyen recibos de impuestos pagados.

La contrapartida física de estos impuestos consiste en los bienes y servicios que se podían haber producido con los recursos utilizados en la construcción de la carretera. Las personas que no gastaron todos sus ingresos a fin de mantener el poder adquisitivo de sus saldos líquidos han cedido estos bienes y servicios con el fin de que el estado pudiera conseguir los recursos para construir la carretera
".

2) EL REMEDIO A LA INFLACIÓN

a) La cuestión real: la necesidad de voluntad política
"Es sencillo encontrar un remedio a la inflación y, sin embargo, su puesta en práctica es difícil. Del mismo modo que un aumento excesivo en la cantidad de dinero es la única causa importante de la inflación, la reducción de la tasa de crecimiento de la oferta monetaria es el único remedio para eliminarla. El problema no consiste en no saber qué hacer, pues resulta bastante sencillo. El estado debe hacer crecer la cantidad de dinero a una velocidad menor. El problema radica en tener la fuerza política para tomar las medidas necesarias. Una vez que la enfermedad de la inflación se encuentra en un estado avanzado, su eliminación tarda mucho tiempo y tiene consecuencias secundarias desagradables...

Del mismo modo que el elevado gasto público constituye una razón del crecimiento excesivo de la oferta monetaria, también un menor gasto por parte del sector público contribuye a la reducción de dicho crecimiento... en este caso, la opinión pública tiende a comportarse egoistamente. A todos nos gustaría que el gasto público disminuyera con tal que no sea el que nos beneficia. Todos queremos que los déficits disminuyan, pero mediante impuestos que graven a otros
".

b) Las restricción de la oferta monetaria como única solución posible a la inflación y sus consecuencias secundarias
"Las consecuencias iniciales secundarias de una tasa menor de crecimiento de la oferta monetaria son desagradables: (1) una expansión económica más lenta, durante un período, (2) un índice de desempleo más elevado, y sin que por algún tiempo la inflación disminuya. Los beneficios aparecen aproximadamente sólo uno o dos años después, en la forma de un aumento más moderado de los precios, una economía más saludable, y dotada con un potencial de rápido crecimiento económico no inflacionario".
"...existe otra razón que, al menos en el primer estadio de la enfermedad o desequilibrio, puede ser aún más importante: la falta de un deseo real para acabar con la adicción. Al bebedor le gusta lo que toma; le es difícil aceptar que en realidad es un alcohólico; no está seguro de que quiera curarse. Un país que está sufriendo una inflación de precios se encuentra en la misma posición. La creencia de que la inflación es un problema temporal y moderado debido a circunstancias no corrientes y extrañas, que desaparecerá por sí mismo -cosa que nunca ocurre-, es seductora.

Sin embargo, a medida que la inflación aumenta, más tarde o más temprano daña de tal modo el tejido de la sociedad, crea tal injusticia y sufrimiento que surge un verdadero sentimiento popular para hacer algo a fin de reducir la inflación
".

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