jueves, enero 26, 2012

WSJ: noticias ambientales

1. ¿El calentamiento de la Tierra impedirá otra edad de hielo?

Por MATT RIDLEY

Los 10.000 años de la civilización han transcurrido durante un interludio inusualmente cálido del clima de la Tierra. Durante los últimos millones de años, ha sido igual de cálido o más cálido que ahora 10% o menos de las veces, durante 11 episodios breves conocidos como los períodos interglaciares. Según una teoría, la agricultura y el poblamiento denso eran imposibles en los climas volátiles, generalmente secos y carentes de dióxido de carbono propios de la edad del hielo.

Este episodio cálido ya cumplió 11.600 años y debe llegar a su fin. A inicios de los años 70, después de dos décadas de un leve enfriamiento, numerosos científicos estaban convencidos de que el momento estaba cerca. Estaban preocupados de que "las anomalías climatológicas que estaban estudiando fueran un presagio de una nueva edad del hielo", según lo expresó la revista Time en 1974.

Desde entonces, claro está, la Tierra ha vuelto a calentarse debido, en parte, a las emisiones de dióxido de carbono provenientes de las actividades humanas. Un estudio, realizado por las universidades de Cambridge, Londres y Florida, acaparó titulares hace un par de semanas al sostener que estas emisiones podrían impedir el regreso de la edad de hielo. Lo que causó mucho menos impacto fue que los autores no esperan una nueva edad de hielo sino hasta "dentro de unos 1.500 años".

Aun así, llama la atención que la mayoría de los períodos interglaciares comience con un calentamiento abrupto, alcance su máximo y luego las temperaturas desciendan paulatinamente antes de bajar en forma más vertiginosa hacia lo gélido.

El actual período interglaciar sigue una tendencia similar. Las temperaturas alcanzaron su nivel máximo hace unos 7.000 años, cuando el Océano Ártico era varios grados más cálido, los árboles abundaban en Siberia y en el desierto del Sáhara había agua suficiente para mantener a los hipopótamos.

Luego vino un descenso errático de las temperaturas que culminó con tres siglos de temperaturas muy bajas, entre 1550 y 1850, un período conocido como "la pequeña edad de hielo", cuando los glaciares se expandieron en todo el mundo.

En otras palabras, nuestro propio período interglaciar ha seguido el modelo de otros episodios: un comienzo abrupto, un ascenso de las temperaturas hasta llegar a un máximo y un enfriamiento lento. La pregunta es si el reciente calentamiento es un fenómeno temporal antes del descenso a condiciones glaciales o si el impacto de los seres humanos en la atmósfera ha revertido la tendencia hacia el enfriamiento.

(http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203806504577177030855401226.html?mod=WSJS_actualidad_LeftTop; JANUARY 22, 2012, 1:36 P.M.)

2. Davos trata de devolver la atención a los temas ambientales

Por ANDREA HOTTER

¿Podría el medio ambiente resultar ser la próxima enorme "deuda" que plague a las autoridades mundiales?

Los ambientalistas, las agencias alimentarias y las empresas de recursos que asisten al Foro Económico Mundial de 2012 en Davos, Suiza, indican que ya lo es.

La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, Josette Sheeran.

"El desafío global respecto al dióxido de carbono es que en realidad necesitamos soluciones globales que puedan llevarse a cabo durante períodos de 20, 30 y 40 años, y si el ánimo alrededor del dióxido de carbono continúa siendo inconstante como lo ha sido —por dos años todos lo toman con seriedad, luego por dos años no le dan mayor importancia— no vamos a poder embarcarnos en proyectos a gran escala que son necesarios para resolver el problema", señala Tom Albanese, presidente ejecutivo de la minera anglo-australiana Rio Tinto PLC. "Es como una crisis de deuda que evoluciona durante décadas".

El cambio climático y el medio ambiente han perdido su lugar en la agenda en momentos en que los líderes, en cambio, se enfocan en hallar formas de resolver la crisis económica global.

Después de que 140 líderes mundiales asistieran a la conferencia de Copenhague en 2009, sólo 22 de ellos estuvieron presentes en Cancún al año siguiente. Y en Durban, en diciembre, autoridades de alto perfil enviaron delegados de menor nivel y pocos preveían un gran progreso.

No obstante, un sorpresivo acuerdo tras dos semanas de conversaciones en Durban significa que la Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que tendrá lugar en Rio de Janeiro en junio, volverá a ejercer presión sobre los líderes mundiales para que establezcan una agenda visionaria.

Por un lado, el progreso en Durban fue un paso muy importante. China, el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo, acordó acatar la decisión de la cumbre de limitar los gases de efecto invernadero, un enorme avance para un país que lleva mucho protestando que no debería ser obligado a pagar el precio de décadas de crecimiento del mundo occidental en momentos en que está tratando de alcanzarlo. El segundo mayor emisor, Estados Unidos, por su parte, aceptó que el acuerdo tendría validez jurídica, algo que no había sucedido pese a un breve coqueteo con el concepto como parte del protocolo de Kyoto.

Pero claramente queda mucho camino por recorrer. Las metas son voluntarias, no vinculantes, y el acuerdo ha sido criticado por no abordar la escala de las reducciones requeridas.

Expertos medioambientales dicen que el mundo está viviendo con una deuda ambiental cada vez mayor, que tiene mucha más importancia para el crecimiento mundial que los problemas de la zona euro o el sistema financiero.

La cumbre de Davos, que durará cinco días, generará por sí sola 12.000 toneladas de emisiones de carbono. Eso significa que el participante promedio tiene una huella de carbono de 4.660 kilogramos. No es un dato trivial y es la razón detrás de la iniciativa de una "Davos más verde". La seguridad alimentaria y el cambio ambiental son prioridades en la agenda del foro.

Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, dice que el incremento de las emergencias relacionadas al clima que conducen a la organización a actuar es "fenomenal".

"Hay cerca de diez veces más emergencias relacionadas al clima en la actualidad que en los años 80", afirma. "Se tiene que estabilizar la capacidad de producir alimentos... La pregunta de si hay suficientes alimentos en la cadena de suministro podría muy probablemente volverse un problema en los próximos años".

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, unas 850 millones de personas en todo el mundo están malnutridas y 3.000 millones más se sumarán a la población humana para 2050. Alimentar a estas personas requerirá un aumento de 70% en la producción agrícola global.

Abordar este y otros asuntos medioambientales requiere innovación e infraestructura que en última instancia cuestan dinero, algo que muchos países simplemente no tienen.

"Las presiones sobre los recursos naturales y la aceleración de los extremos climáticos impactará cada vez más en el desarrollo y el crecimiento económico en muchos países", los organizadores del Foro Económico Mundial Florian Reber y Tiffany Misrahi escribieron en un documento para los delegados.

Algo para pensar.

(http://si.wsj.net/public/resources/images/OB-RN611_davoss_D_20120125124627.jpg; JANUARY 25, 2012, 4:52 P.M.)

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