Por DAVID ROMÁN
MARTORELL, España — Poco después de asumir la presidencia ejecutiva de la filial española de Volkswagen AG, Pierre-Alain De Smedt apareció en medio de la reunión anual del sindicato más poderoso de la compañía y les comunicó un mensaje poco popular: necesitaba que trabajaran los sábados.
La empresa, Seat, fue una vez un ejemplo de una compañía estatal ineficiente que funcionaba a apenas dos tercios de su capacidad. Ahora, 25 años después de ser absorbida por Volkswagen, se ha transformada en uno de los principales motores del auge exportador que está impidiendo que la economía española se contraiga, pese a que los gastos de los hogares continúan cayendo tras un colapso inmobiliario que ya completa tres años.
Seat, que planea aumentar las ventas por encima de 8% este año y exportar 80% de su producción anual de más de 300.000 autos a 72 países desde su planta en Martorell, cerca de Barcelona, se ha convertido en una historia de éxito en el sur de Europa al implementar el modelo alemán de concentrarse en los mercados de exportación.
De Smedt, oriundo en Bélgica, recuerda que su solicitud de trabajar los sábados no caló muy bien entre los empleados de Seat. Cuando asistió a esa reunión del sindicato en 1996, él probablemente fue el primer presidente ejecutivo en hacerlo. La compañía ya había llevado a cabo el mayor recorte de empleos de su historia, en el cual el la nómina se había reducido de 30.000 trabajadores a 15.000 en apenas tres años.
"Al final entendieron que tenía que hacerse", agrega el ejecutivo.
Seat es ahora el mayor fabricante de autos de España y un ejemplo de las tendencias que se ven en el resto de la industria manufacturera del país. Su éxito ayuda a explicar por qué España ha logrado mantener cerca de 2% de las exportaciones globales a lo largo de la última década, mientras países como Francia e Italia han perdido participación de mercado.
Historias similares de éxito se ven en otros lugares de España, donde destacan grandes exportadores como el minorista de ropa Inditex SA, dueño de las tiendas Zara, y Gamesa SA, uno de los mayores fabricantes de turbinas de viento del mundo. Pero la contribución de las automotrices ha superado la de cualquier otro sector.
Las ventas de autos españoles en el extranjero subieron 19% durante los primeros ocho meses del año, convirtiéndose en el producto más vendido del país y representando el 16% de las exportaciones totales, las cuales crecieron 18% frente al mismo lapso del año anterior.
Según cifras oficiales divulgadas el miércoles, la economía española se expandió a un ritmo anualizado de 0,8% en el tercer trimestre, con las exportaciones y el sector manufacturero compensando la débil demanda local. Las exportaciones representan cerca de 20% del Producto Interno Bruto. Aunque el crecimiento es modesto, supera con creces las profundas contracciones que se ven en otras economías del sur de Europa como Grecia y Portugal.
Varias razones explican el éxito de la de la industria automotriz española, la octava del mundo, incluyendo el hecho de que el país produce principalmente autos pequeños y medianos con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, que actualmente son populares.
No obstante, Javier Molinas, abogado del área de relaciones laborales de Cuatrecasas, una firma legal española, dice que el hecho de que el sector sea completamente controlado por firmas extranjeras es una importante razón por la cual es uno de los más productivos y competitivos de toda la economía española.
La amenaza de cierre, que no es tan evidente en empresas españolas que encuentran política y socialmente difícil el cambiar de ubicación, ha sido un fuerte incentivo para que los sindicatos encuentren puntos en común con la gerencia, agregó Molinas.
"Es una cuestión de supervivencia", manifestó. "Para los fabricantes de autos, no sólo es una competencia con los rivales, sino al interior de su propia compañía, que tiene plantas en otros países".
Matías Carnero, de 43 años y líder del comité de empresa de Seat del Sindicato Unión General de Trabajadores, uno de los dos principales sindicatos del país, dice que la automotriz actualmente tiene a unos 13.000 trabajadores operando diariamente en tres turnos que mantienen la línea de producción funcionando las 24 horas del día, cinco días a la semana.
Eso contrasta con los dos turnos al día que imperaban antes que De Smedt asumiera su cargo, un cambio que fue posible gracias a una concesión de la gerencia de 20 minutos de descanso extra por turno, además de los dos descansos de 10 minutos que ya existían.
Las negociaciones actuales se concentran en incrementar en número de turnos semanales de 16 a 21, operando la planta en tres turnos al día, siete días a la semana.
Fuente: http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203611404577042770643716902.html?mod=WSJS_mercados_LeftWhatsNews.
NOVEMBER 16, 2011, 7:49 P.M.
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