domingo, septiembre 17, 2006

La película de la quincena: Elizabethtown.


La primera película de la quincena comienza en el momento en el que la prometedora carrera de un diseñador de zapatos se ve truncada por un gran fracaso. En el momento en el que es despedido de su corporación, Drew Baylor demuestra que es un especialista en "últimas miradas": aquéllas que te da la gente cuando piensa que es la última vez que te ve. Entonces, aprovechan para lazarte una mirada que resume lo que siente esa persona hacia ti: generalmente desprecio, compasión (un sentimiento análogo) o complicidad. En ese momento Drew se da cuenta de que es el "éxito" y no la "grandeza" el único dios al que sirve el mundo.

La historia se despliega en base a las reacciones de Drew por haber sido despedido de la gigantesca corporación a la que generó gigatescas pérdidas. Pero justo cuando se va a suicidar, le comunican que su padre ha muerto. Para colmo de males, su novia, que también formaba parte de la corporación, rompe con él. Sin embargo, en el viaje al pueblito donde murió su padre (lugar de origen y de reunión de su familia) conoce al personaje más espectacular de la película: la azafata Claire. Este encuentro da origen a una nueva relación donde lo más interesante es la manera en que el personaje de Claire ayuda a Drew a superar el gigantesco fiasco personal y profesional en el cual se haya inmerso, por haber sido partícipe de esa idea de servir al éxito como a un dios, en lugar de cultivar la grandeza.


Todos hemos tenido fracasos en la vida. Tanto personales como profesionales. Quizá la primera reacción es aparentar fortaleza justo cuando las dificultades nos abruman, resumida en la trillada repetición de la expresión "estoy bien" de Drew. Sin embargo, tal y como dice Claire al hacer referencia a la muerte del padre de Drew, tarde o temprano "te golpeará", puede ser diez minutos o diez años después.

Sin embargo, lo importante de los fiascos es la oportunidad que representa para nuestro aprendizaje como personas, tanto en el plano plenamente humano, como en el ámbito profesional, si es el caso. La cuestión no es cuán grande haya sido el fiasco, sino qué tan importante fue la reflexión (y el aprendizaje) que generó para superarlo.



Para demostrárselo a Drew, la figura de Claire es esencial en la película. Frente al miedo que él muestra al fracaso (al que casuísticamente distingue de una simple "falla", todo con el fin de magnificarlo), aún después de haberle ocurrido ese par de desgracias (que te boten y que se muera tu padre en el mismo día, justo antes de que intentaras suicidarte), ella lo hace conciente del tamaño justo que hay que darle: "Ok, fracasaste...". Y punto. Fallaste y ya. Más nada.


Fracasar es algo que le pasa a todo el mundo. Cada uno de nosotros sólo es otro ser humano que falla. Sólo uno más del montón. Aunque el fracaso de cada quien le parezca excepcional e incomparable frente al de los demás (y aún lo sea). Cosa que demuestra muy bien la madre de Drew, Hollie, en el homenaje póstumo a su esposo, en el cual confiesa que, a pesar del golpe que supuso la muerte repentina de su esposo, ella logró sobreponerse y aprender a sonreír, a cocinar y a bailar tap.

La película es del mismo director de Jerry Maguire. Quizá por eso el énfasis en las relaciones personales y el tono intimista. Y también la velada e imperceptible crítica al sistema de grandes corporaciones, y en un plano más general y trascendente, a la filosofía del éxito de la contemporaneidad, heredada de la forma de pensar típicamente protestante, específicamente calvinista, que ayudó a sentar las bases del sistema capitalista contemporáneo.

En suma, el principal aprendizaje que nos queda de esta película es que no importa el tamaño de tu fracaso. Si te despiden, si estás desempleado siendo una promesa recién egresada de las aulas universitarias, si pierdes a alguien cercano o sea cual sea la pérdida, siempre (SIEMPRE) habrá motivos para sobreponerse, para sacar fuerzas de la fuente más profunda e inagotable que existe: nosotros mismos. Y más aún si te ayuda alguien como Claire, y su espectacular mapa para el regreso por carretera de Drew, hacia una planificada tragedia que termina truncada por una promesa de vida.

lunes, septiembre 11, 2006

¡Emprendedores a la Carga!

En un interesante artículo publicado el pasado domingo 10 de septiembre en el diario El Nacional fueron revelados los resultados de una encuesta en la que se demuestra la capacidad emprendedora de los ciudadanos de nuestro país. La encuesta, promovida por el Observatorio Global de la Iniciativa Empresarial (en un universo de 35 países entre los que se cuentan Japón, Bélgica, Suecia, Alemania, España, México, Suiza, Singapur, Noruega, Chile, Estados Unidos y China, entre otros) y realizada en nuestro país por el IESA, reveló que el 47,8% de los venezolanos sueña con ser dueño de su propio negocio y que, de hecho, el 25% de los encuestados reveló haber iniciado su propio negocio.

Según el artículo,
"Venezuela se mantuvo invicto y como en 2003 es el primer país donde más personas dicen que están comenzando a trabajar en una idea de negocio. Pero en proporción es también el lugar donde menos se mantienen en pie. 'Ni siquiera la mitad de los negocios superó esa línea crítica de los 3 años y medio', insiste (la investigadora del IESA, Rebeca) Vidal".
La investigadora explica que son calificados de emprendedores tanto los buhoneros que venden llamadas telefónicas en la calle, como aqullas personas que deciden instalar una empresa para vender softwares administrativos a otras compañías, junto con un dato que hay que tomar en consideración:
"Hay más emprendedores en los estratos sociales que menos ganan (D y E), que entre la clase media y alta. 'Los más pobres lo hacen porque no tienen nada que perder; pero los que reciben un sueldo están menos dispuestos a perder riesgos'...

'La gente, a diferencia de otros países, valora psitivamente a los empresariois, los respeta, y 60% deja ver que no le tiene temor al fracaso'"

En los casos encuestados, la mayoría de los emprendedores fracasó en el primer negocio, teniendo más suerte en el segundo intento, sinedo la poca experiencia y la falta de capacitación empresarial las principales razones, pero no las únicas, que impiden a los emprendedores mantenerse:
"Vidal reconoce que son uchos los trámites administrativos (generalmente más de 15) que exige el Estado para permitir el nacimiento de una nueva empresa y existe poca seguridad jurídica para los negocios establecidos".

El estudio revela que la mayoria de los negocios que se instalan en el país son comercios (42%) y sólo 2,6% se dedica a la manufactura. La mayoría de los nuevos negocios es de pequeña escala (con un promedio de 2 a 3 personas), y sólo un 30% de las personas se inclina a abrir negocios innovadores, con tecnología sofisticada (como cyber cafés o centros de comunicaciones).

Otro problema es que no hay muchas instituciones que financien a los emprendedores. Según Rebeca Vidal:
"La banca no está dispuesta a prestar a personas que no tienen ni siquiera un balance económico".

La inversión promedio ronda los 20 millones de bolívares, uno de los montos más bajos en el mundo. El artículo concluye expresado una importante ección:
"¿Cuál es la clave más importante para que sobrevivan? Vidal desecha cuestionar la economía o la política local. 'Descubrí que los exitosos son los más trabajadores. Es un mito que los empresarios ganan más, pero se esfuerzan menos que sus empeados. sobreviven los sacrificados', afirma".

Tenemos pues, más razones para sentirnos orgullosos, y no quedarnos en ese satisfactorio sentimiento, sino emprender nuestro propio negocio, intentando prepararnos cada día para ello, y tratando de superar las dificultades que se puedan presentar.

domingo, septiembre 03, 2006

Nueva Columna: "La Película de la Quincena"

Este espacio nació a principios de año con la finalidad de aprender ("aprender enseñando", que es una de las maneras más efectivas de aprender) de una manera fácil, directa y entretenida, cualquier cosa que se refiriera al tema económico. La explicación sencilla es que el creador y administrador formaba parte de la severa crisis de desempleo que afecta a los jóvenes profesionales recién graduados de cualquier parte del mundo, y pensó que una manera de generar algo de valor agregado a un Currículum Vitae con muy poca tinta, era montarse en la ola de la más reciente tendencia en la red: las bitácoras (blogs).

La táctica aparentemente funcionó, pues poco tiempo después las llamadas no se hicieron esperar, y el objetivo fue logrado. Sin embargo ahora, luego ya de seis meses arduos en mi nuevo, afortunado y amado empleo, no me queda más que continuar con el deseo de aprender ("aprender enseñando" repito, que así queda siempre algo) aún más acerca del apasionante mundo de la economía, la ciencia social más desarrollada y útil (en el sentido más concreto de la palabra).


Por ello, y como una forma de animar más el espacio y hacerlo más interesante y original, presento una columna dentro del blog Gestión Inteligente, que se va a llamar sencillamente "La Película de la Quincena".

Puedo (y sé que debo) explicar la razón de este nombre. El cine es una de mis pasiones. A través de él no sólo se conocen historias y se vuela en el mundo de la imaginación, sino que se puede también acumular un conjunto de lecciones de vida, de aprendizajes que pueden sernos útiles. Basta sólo pensar en lo que podríamos llamar la gran sabiduría (o intuición)sociológica, por así decir, de la obra cinematográfica de un Stanley Kubrick, un David Fincher o un Francis Ford Coppola para darse cuenta de ello.


Pero la idea de este espacio no es hablar de cine, ni de estrenos o cosas por el estilo, ni mucho menos de hacer propaganda (¡hasta que reciba de algún estudio algún porcentaje por concepto de publicidad para hacer una campaña promocional, claro está!). La idea es resaltar aquéllas películas que aborden directa o indirectamente el tema económico, o cualquiera de aquellos que sean del tenor de este blog, para así extraer aprendizajes, tips o cualquier idea que sea posible discutir y que tenga una conexión más o menos clara con ese mundo.


Filmes como "Wall Street","Risky Business" e incluso "Pretty Woman" (entre tantos otros que están en lista para el futuro) son factibles de ser abordados directa (como en el caso de los dos primeros) o indirectamente (como en el caso del último) desde una perspectiva económica, de los negocios y las finanzas, pero no en cuánto a cuál fue la recaudación de tales películas, o el sueldo de sus actores o el presupuesto (todo eso se puede conseguir en las páginas especializadas en el tema, que abundan en la red), sino desde el enfoque de la lección, de la narrativa misma, de lo que podría llamarse (no sin permitirnos algo de audacia) la hermenéutica económica del cine.


¿Por qué se escogió un lapso de tiempo quincenal para presentar las películas? Por diversas razones: hay una gran cantidad de películas por reseñar (y de las cuales "sorber" muchas lecciones), hay poco tiempo disponible por parte del administrador para hacerlo, pero la razón más importante es la carga simbólica que supone la palabra (y el lapso de tiempo en sí) de una quincena para todos aquéllos asalariados que dependemos de nuestro trabajo para mantenernos con vida. Para todos nosotros una quincena es de por sí una celebración. Cosas de la contemporaneidad, y de la vida capitalista burguesa.

A todas estas personas es a quien se dirige este espacio (si es que alguna vez lo ha visto alguien más que yo): a los estudiantes universitarios, a los trabajadores, y especialmente a los jóvenes que aspiran no sólo aprender lo que es administrar recursos para satisfacer necesidades (fundamento mismo de la noción de economía), sino también a que les rinda el dinero, o mucho mejor, los que aspiran a multiplicarlo (como este interesado servidor). Y todo desde una perspectiva menos "estirada", como se ha hecho hasta ahora, sino más bien... entretenida. Aprender ("aprender enseñando", nunca me cansaré de decirlo) a ganar dinero de manera divertida: ése es mi reto con esta nueva aventura.