lunes, abril 16, 2012

WSJ: Keynes, el inversionista


 
Associated Press
John Maynard Keynes
Por: Jason Zweing (http://online.wsj.com/article/SB10001424052702303815404577336414242549798.html?mod=WSJ_ESP_CarouselHighglights_1; April 11, 2012, 11:50 a.m.).

Nadie se identifica como Keynesiano en estos momentos, al menos nadie entre los gestores de fondos, lo cual es una lástima.

Un nuevo análisis del desempeño de las inversiones de John Maynard Keynes muestra que el economista británico fue uno de los mejores inversionistas del siglo pasado. Al comprender las razones detrás del éxito de Keynes, los inversionistas pueden tener un entendimiento más acabado de por qué tantos de los gestores de fondos actuales no tienen un desempeño tan estelar.

Más allá de su opinión sobre las teorías económicas sobre la intervención estatal en la economía, Keynes (1883–1946) siempre ha tenido una reputación extraordinaria como inversionista. Hasta ahora, sin embargo, nadie se había tomado la molestia de reconstruir su historial de inversiones.

David Chambers y Elroy Dimson, académicos de la Universidad de Cambridge y London School of Economics, respectivamente, han dedicado buena parte de los últimos años a desmenuzar los portafolios de Keynes. Los resultados muestran que los retornos de Keynes fueron extraordinarios y la forma en la que los consiguió es aún más increíble.

Entre 1924 y 1946, mientras escribió numerosos libros y transformaba el sistema monetario global, Keynes encontró el tiempo para dirigir el fondo de King's College en la Universidad de Cambridge. En ese lapso, según Chambers y Dimson, el desempeño de Keynes superó al de la bolsa británica en un promedio de ocho puntos porcentuales anuales, ajustado por riesgo.

Inversionistas de la talla de Benjamin Graham, Peter Lynch, John Templeton y Warren Buffett superan al mercado por un promedio anual de entre tres y 13 puntos porcentuales a lo largo de sus carreras. Sin embargo, la mayoría de ellos no tuvo que lidiar con la Gran Depresión o la Segunda Guerra Mundial.

¿Cómo lo consiguió Keynes?

A través de la flexibilidad, resistencia e independencia.

Keynes comenzó como lo que hoy llamaríamos un gestor "macro", alguien que interpreta las señales monetarias y económicas para comprar y vender acciones, bonos y efectivo. Negociaba con divisas extranjeras y materias primas. Como director del Banco de Inglaterra, Keynes tenía acceso a información privilegiada sobre los cambios de tasas de interés, aunque no hay evidencia de que la haya usado en sus inversiones

No obstante, Keynes no era un buen gestor macro. Se quedó rezagado frente a la bolsa británica hasta 1928 y un 83% de su portafolio primario estaba en acciones antes del desplome de 1929

"Es difícil anticiparse a los mercados", dijo Chambers. "Keynes tuvo problemas con ello y no logró prever el colapso de 1929 a pesar de contar con una incomparable red de fuentes de información".

Luego Keynes hizo una serie de cambios radicales: pasó de ser un asignador de capital a un seleccionador de acciones. Prefirió invertir en empresas pequeñas y medianas subvaloradas.

Keynes también hizo apuestas titánicas en industrias qué él consideraba que estaban a buen precio. Para 1936 tenía un 66% de su portafolio en acciones mineras y nada en acciones de bancos o de empresas de energía. Las mineras de oro sudafricanas, previó correctamente, se beneficiarían de la caída en los valores de las divisas.

Keynes no sólo fue un pionero en poseer acciones cuando la mayoría de los grandes inversionistas prefería los bonos, sino que también tenía apetito por el riesgo, concentrando hasta la mitad de sus activos en cinco inversiones, o sus "mascotas" como las llamaba. Keynes se aferraba a sus acciones por más de cinco años.

Medio en broma, llegó a proponer "que la compra de una inversión sea tan permanente e indisoluble como el matrimonio" (actualmente, el fondo promedio estadounidense de acciones tiene apenas un 19% en sus cinco inversiones principales y mantiene en su poder a una acción cualquiera por apenas 15 meses).

El "diferencial de error" del portafolio de Keynes, es decir la cantidad en la que se comportaba de forma diferente que el mercado en general, era casi cuatro veces más alto de lo normal en los fondos institucionales de hoy en día, indicaron Chambers y Dimson.

Keynes no era simplemente alguien a quien le gustaba llevar la contraria. Era el epítome de su propia definición de un inversionista a largo plazo: "excéntrico, poco convencional e imprudente a los ojos de la opinión tradicional". Para emular a Keynes "usted debe ser idiosincrático", dijo Chambers. "Eso es algo fácil de decir, pero mucho más difícil de ejecutar".

Una de las mayores ventajas de Keynes, aseguran Chambers y Dimson, fue que la junta de King's College le dio la autoridad total para invertir a su gusto.

Hoy en día tal libertad sólo se encuentra en firmas pequeñas como Fairholme, FPA, Longleaf y Yacktman, para mencionar algunas, que operan independientemente y no se doblegan ante sus clientes. Esa libertad, por supuesto, conlleva el riesgo de retornos horribles a corto plazo y la posibilidad de que los mejores talentos se vayan.

En la mayoría de las grandes firmas de inversión, los gestores de portafolio deben invertir en estrechas "cajas de estilo" y seguir el desempeño de sus pares. La orden máxima de las dubitativas firmas de gestión de activos de hoy en día es asegurarse que sus carteras nunca se desvíen de los resultados del promedio. Eso le quita el incentivo a los clientes de salir en desbandada y le permite a las firmas seguir ganando comisiones, maximizando así sus propios retornos, a la vez que minimizan los de sus clientes.

La extraordinaria historia de Anne Scheiber: pionera mujer inversora

Hoy traigo una historia de una mujer que logró una hazaña extraordinaria. Anne Scheiber nació el 1 de octubre de 1893 en Brooklyn, Nueva Yor...