1) El concepto de "mercados emergentes" ya no funciona. ¿Pero qué puede reemplazarlo?
Por PRABHA NATARAJAN
NUEVA YORK (Dow Jones)- ¿Cómo describiría a un país como China?
En un mundo donde la Italia "desarrollada" está luchando contra un déficit presupuestario disparado y un gobierno inestable y la "emergente" China es la segunda mayor economía del mundo con un producto interno bruto de US$6 billones (millones de millones), el clamor por un cambio en la forma en la que se clasifican los países está cobrando fuerza.
A los inversionistas, en particular, les gustaría ver un mundo donde las primas de riesgo se apliquen a todas las deudas soberanas, no solo a las que son etiquetadas como de mercados emergentes. Los rendimientos de los bonos a 10 años de la Grecia "desarrollada" se ubican en el 32,365% y los de Portugal han subido por encima del 12,443%, lo que indica una profunda preocupación por una cesación de pagos. En contraposición, los bonos con vencimiento en el 2021 del Brasil "emergente" se comercializan con un rendimiento del 11,47%, y eso sucede frente a tasas de interés de referencia del 11%, mientras que las tasas básicas en la zona del euro son de apenas el 1%.
Dadas esas discrepancias, algunos inversionistas argumentan que los activos de los mercados emergentes son en realidad "refugios seguros". Y sin embargo, la persistente percepción de los mercados emergentes como activos riesgosos puede afectar los patrones de comercialización, como se vio en la reciente venta masiva de sus divisas frente al dólar.
"Es absurdo tener esta línea arbitraria entre una mitad del mundo y la otra", dijo Robert Abad, analista de mercados emergentes de Western Asset Management. "Estamos en mercados globales".
La cuestión es cómo llamar ahora a los países considerados "emergentes".
"Mercados emergentes", término acuñado por Antoine van Agtmael, que entonces estaba en la International Finance Corp., una afiliada del Banco Mundial, en 1981, fue en sí mismo un intento de buscar una denominación menos ofensiva para las naciones de rápida industrialización que entonces eran conocidas como "subdesarrolladas" o "Tercer Mundo".
Los inversionistas rápidamente apoyaron el término, debido a que significaba una luz positiva para las economías de rápida industrialización de Asia y América Latina. Y al mismo tiempo, el término reconocía las preocupaciones sobre la estabilidad política y la capacidad de tomar decisiones de política de esos gobiernos, especialmente después de la crisis financiera de Asia a finales de los ´90 y las tribulaciones de varios países latinoamericanos durante ese momento.
Pero después de la última década de prosperidad y ante la habilidad de esos países de capear la crisis del crédito del 2008, el término ha dejado de ser efectivo.
Según mediciones como la proporción de deuda pública a producto interno bruto y tasas de crecimiento, las naciones emergentes están en mejor forma que el mundo desarrollado. Y, las naciones desarrolladas como Grecia e Italia han caído bajo la misma trampa de deuda pública fuera de control y gastos extravagantes que definieron a muchas economías emergentes cuando el término fue inventado.
"Lo que encuentro ofensivo es la idea de que esos países de alguna manera se graduarían para transformarse en economías desarrolladas", dijo Jerome Booth, un miembro de la comisión de inversiones de Ashmore Investment Management Ltd., parte de Ashmore Group PLC con cerca de US$66.000 millones de activos en mercados emergentes. "Los países de los mercados emergentes están mejor que los mercados desarrollados".
Sin embargo, Booth dice que le gusta el término "mercados emergentes"; lo que necesita una renovación es la categoría de "desarrollados".
Su sugerencia: "viejas economías si se quiere ser diplomático, o economías subemergentes si se quiere ser preciso".
Otros sugieren eliminar ambos conceptos y usar un término más general, que abarque a todos, como mercados globales, mercados de crecimiento o mercados locales.
"Estamos en una economía global, y los marcos existentes son antiguos y necesitan cambiar", dijo Abad.
Una definición más simplista de países deudores y países acreedores sienta bien entre los clientes, dijo Robert Stewart, gerente de portafolios de clientes de J.P. Morgan Asset Management en Londres. Ha comenzado a referirse al grupo actual de naciones desarrolladas, muchas de las cuales están altamente endeudadas, como países deudores, y a los mercados emergentes como países acreedores.
Ha habido intentos de al menos dividir al grupo de mercados emergentes para diferencia entre los de desempeño más fuerte y más débil. En el 2001, Brasil, Rusia, India y China fueron agrupados bajo el acrónimo BRIC, y fueron relacionados con las economías más grandes y de más rápido crecimiento. El FTSE tomó una postura diferente y clasificó al resto del mundo en tres categorías, emergentes avanzadas, emergentes, y mercados de frontera.
MSCI Inc., que supervisa el índice de acciones de los mercados emergentes, dice que su clasificación de los países está basada en la necesidad de los inversionistas institucionales internacionales.
"El factor de accesibilidad es extremadamente importante", dijo Sebastien Lieblich, titular mundial de administración de índices de MSCI Inc. en Ginebra. "Para calificar como mercado en desarrollo, nos gustaría un país que tenga una (1) accesibilidad absoluta y (2) apertura a la propiedad extranjera".
Pero dichos argumentos podría volverse discutibles y el poder cambiará de color, cuando China, India, Brasil y México se transformen en las cinco mayores economías del mundo con Estados Unidos hacia el 2050, según las proyecciones de Goldman Sachs.
(http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204257504577155220635487732.html?mod=WSJS_inicio_MiddleSecond; JANUARY 11, 2012, 5:26 P.M.)
2) Los países emergentes aprovechan el apetito del mercado por su deuda
Por NATASHA BRERETON-FUKUI
Desde Brasil y México a Indonesia y Filipinas, los países emergentes se han volcado al mercado de bonos para aprovechar la creciente demanda de los inversionistas por deuda.
Los gobiernos y organismos vinculados a los gobiernos de las economías en desarrollo han colocado unos US$11.300 millones en bonos en las dos primeras semanas del año, según el proveedor de datos Dealogic. Los inversionistas querían más y la demanda superó con holgura la oferta de deuda.
Las economías en vías de desarrollo en Asia, América Latina y África históricamente han sido consideradas más riesgosas que los países desarrollados de Occidente. Pero la crisis de la deuda soberana ha transformado esta forma de pensar. Ahora, muchos inversionistas están más dispuestos a colocar su dinero en Indonesia que en Italia o España, aunque los países europeos sean catalogados como un menor riesgo por firmas de calificación de crédito.
"Lo que estamos observando es una reevaluación del riesgo de crédito soberano, que es impulsada más por los fundamentos que por las clasificaciones", afirmó Eric Stein, administrador de portafolio del fondo Eaton Vance Global Macro Absolute Return Fund.
Los inversionistas están dispuestos a ir más lejos con tal de conseguir un mayor rendimiento sobre su dinero. Los bonos del Tesoro de EE.UU. ofrecen retornos insignificantes, 1,9% en el caso de la deuda a 10 años. En una subasta realizada hace unos días, Alemania vendió deuda con una tasa de interés negativa, lo que significa que los inversionistas pagarán por el privilegio de prestarle dinero al gobierno de Berlín.
Numerosos países emergentes han puesto su casa en orden en los últimos años luego de ser sinónimos de inestabilidad. Eso aumenta su atractivo para los inversionistas y vuelve más difusa la frontera entre los mercados emergentes y los desarrollados.
La semana pasada, por ejemplo, Filipinas recibió pedidos de US$12.500 millones en una colocación de bonos a 25 años por US$1.500 millones, lo que redujo el retorno a 5%, un mínimo histórico para el país. Indonesia vendió esta semana bonos a 30 años con una tasa de 5,3% y Colombia realizó una emisión de US$1.500 millones de bonos a 29 años con un rendimiento de 4,9%.
La deuda soberana italiana a 30 años, en cambio, ofrece un retorno de 7%, y la de España, de 6,1%.
Indonesia se ha beneficiado de su reciente ascenso al club de los países con grado de inversión por parte de una calificadora de riesgo. El país había perdido ese estatus hace 14 años durante la crisis asiática.
El ascenso de Indonesia significa que un conjunto de fondos de renta fija que antes no podían invertir en el país ahora pueden comprar su deuda, lo que ayuda a convertirlo en "una oportunidad de inversión alternativa para inversionistas en medio de la incertidumbre de la crisis de la deuda europea", afirma Evi Fidiasari, analista de renta fija de la firma de valores Danareksa Sekuritas, en Yakarta.
México, Sudáfrica, Perú y Polonia también vendieron deuda. La financiación levantada por los gobiernos de mercados emergentes en los primeros 10 días laborales del año es más del doble que los US$4.100 millones recaudados en todo enero de 2011.
La semana pasada, Brasil colocó un bono global de US$750 millones a una tasa de 3,4%, la más baja de la historia para una emisión de ese país, indicaron analistas. Qatar, a su vez, captó en diciembre ofertas de casi US$10.000 millones por una emisión de bonos de US$5.000 millones, lo que redujo los retornos a mínimos históricos para un país de Medio Oriente y África del Norte, sostuvo un banquero al tanto de la operación.
Según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes de J.P. Morgan, la deuda soberana de países emergentes que cuentan con grado de inversión rinde, en promedio 4,7%, una cifra inferior al 5,6% alcanzado en 2007, durante un auge del mercado de renta fija.
Para algunos inversionistas, sin embargo, tal retorno no es suficiente para compensar los riesgos políticos y económicos asociados a los mercados emergentes.
"En los caso de los bonos soberanos de Indonesia y Filipinas, creo que los rendimientos son demasiado estrechos, aunque me gustan los fundamentos económicos de ambos países, en especial los de Indonesia", explica Endre Pedersen, director ejecutivo de renta fija para Manulife Asset Management, en Hong Kong.
El estratega advierte que si mejora la situación en Europa, la deuda de otros países podría debilitarse, provocando pérdidas para los inversionistas. "Claramente, si uno está convencido de que la crisis europea se resolverá, esos bonos ofrecen un mejor valor", observó.
(http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204542404577157440574350260.html?mod=WSJS_inicio_LeftWhatsNews; JANUARY 12, 2012, 7:50 P.M.)
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