martes, noviembre 26, 2024

Más sobre Anne Scheiber

En una entrada anterior presenté la historia de Anne Scheiber y su logro extraordinario de alcanzar, luego de jubilarse y tras largos años de inversión paciente, la cifra extraordinaria de 22 millones de dólares, aun cuando padeció la discriminación usual para entonces, al ser una mujer judía en la Nueva York de mediados del siglo XX.

En esta ocasión, ahondaré un poco más sobre los métodos de Scheiber durante su itinerario en el campo de las inversiones en Bolsa de valores, que transitó pacientemente a lo largo de muchos años, haciendo gala de una frugalidad a toda  prueba, informándose y asesorándose debidamente. Aunque sus logros puedan parecernos extraordinarios a los ojos de hoy, queda fuera de toda duda que se puede aprender de su experiencia y tratar de aplicar sus lecciones en nuestra propia vida.

En primer lugar, hablemos sobre la paciencia. Cuando leemos sobre la vida de Anne, podemos aprender que un elemento primordial para el éxito en la inversión es actuar en el largo plazo, comprando acciones de compañías líderes que aumentan constantemente sus ganancias. Esto permite con el tiempo construir una sólida cartera diversificada que puede ayudar a suavizar las caídas, recesiones y los golpes de las empresas que fracasan.  

En segundo lugar, respecto a su proverbial frugalidad, dado que Anne no obtuvo promociones y aumentos, terminó recortando sus gastos hasta la médula. De esta manera, entendió las matemáticas simples que hay detrás de la jubilación anticipada. Cuando leemos comentarios sobre Anne, todos se centran en su extraordinaria frugalidad y capacidad de ahorro. Vivió en su apartamento de alquiler durante 51 años después de su jubilación, usaba ropa vieja y ahorraba en los gastos de comida. Su entretenimiento consistía en ir al cine, leer informes de bolsa, analizar compañías y leer. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Muchos de los comentarios negativos hacia Anne provienen generalmente de personas que no entienden el poder de la capitalización y el enriquecimiento a una edad avanzada. Como se ha mencionado, Anne era muy frugal, y se las arregló para ahorrar el 80% de su salario para terminar con su cartera de inversión. Tuvo que velar por sí misma toda su vida, así que esa pequeña cartera era su forma de recuperar su independencia de un mundo que la discriminaba. Era para permitirle vivir su vida en sus propios términos, lo cual es admirable. 

En tercer lugar, Anne se mantenía informada sobre sus inversiones y mantenía contacto con sus asesores de inversiones. Muchos inversores exitosos tienden a vivir hasta una edad avanzada. Tal vez se deba a que invertir en acciones es una actividad muy estimulante, porque requiere una investigación constante, aprender nuevos hechos e ideas y descartar los viejos hechos e ideas que no funcionan o que están totalmente equivocados. También ofrece la oportunidad de descubrir la próxima gran empresa. La diversificación y la inversión a largo plazo funcionan de maravilla para aquellos que son lo suficientemente pacientes para capitalizar ("componer") su dinero durante décadas. 

Una de las cosas más interesantes del camino de inversión transitado por Ana, es la idea de la inversión como el único campo en el que, si eres bueno, tu raza, género o nacionalidad no importan, ya que es una verdadera meritocracia. Y si mantienes tu dinero invertido el tiempo suficiente, podrás terminar con mucho dinero al final de tu vida.

Según los cálculos, es probable Anne que haya beneficiado del efecto compuesto sobre su dinero a una tasa de 14% - 15% al año, aproximadamente, durante un extenso período de tiempo. Cuando se compone el dinero en el largo plazo a una alta tasa de retorno como esa, la cantidad con la que se inicia termina siendo realmente pequeña en comparación con la cantidad final.

Si hacemos un cálculo simple en el que proyectamos la capitalización de unos $20.000 iniciales a una tasa de retorno compuesto del 15% durante 50 años, para trazar los paralelismos con la trayectoria de Anne Scheiber, partiendo de 1944, con una ganancia de $600 por dividendos anuales (esto es, a una rentabilidad de 3% al año), en períodos de 10 años, el resultado sería el siguiente:

- En 1954, su cartera habría crecido a $80.900, ganando $2.427 en dividendos al año.

- En 1964, el portafolio tendría un valor de $327.330, ganando $9.820 en dividendos anuales.

- En 1974, su cartera crecería $1.324.000 y habría generado un ingreso de $39.700 al año.

- En 1984, su cartera tendría un valor de $5.357.000, generando $160.700 dólares en dividendos.

- Finalmente, en 1994/1995, su cartera tendría un valor de $22.000.000, generando $750.000 en dividendos.

Por lo tanto, si asumimos que Scheiber partió su camino de inversión con $20.000 dólares en 1944, ese dinero podría haberle generado más de $500 dólares en dividendos anuales. Si ella realmente ahorraba el 80% de su salario de $3.150 hacia 1944, ese ingreso de dividendos habría sido suficiente para vivir. Pero eso también significaba que tenía que ser extremadamente frugal para sobrevivir. No estamos seguros de si tenía una pensión o un cheque de la Seguridad Social, pero es probable que esta fuera una pequeña cantidad, a la cual no podría haber accedido hasta los 62 años.

Si Anne realmente capitalizaba su dinero a un 15% anual, eso significa que sus ahorros se duplicaban cada 5 años. Está claro que los retornos compuestos del mercado de valores no son lineales, a veces los retornos al principio del viaje son más altos que los retornos al final. Asumamos que los ahorros de Anne ni siquiera comenzaron a producir suficientes dividendos que reemplazaran su salario hasta una década después de su retiro. Para entonces, sus hábitos frugales ya estarían establecidos y contaba con 60 años. 

Es un hecho puramente matemático que, si empiezas con una cantidad decente de dinero, lo combinas con una tasa de retorno decente y lo combinas durante un largo período de tiempo, terminarás con mucho dinero. Probablemente más dinero que el estrictamente necesario para satisfacer las necesidades. Pero si tiene 22 millones de dólares en el momento de su muerte a los 101, significa que pasó mucho tiempo ahorrando, invirtiendo y capitalizando gran parte de sus ingresos desde que se jubiló a los 51. 

Mucha gente no entiende el papel de la capitalización durante largos períodos de tiempo, y su influencia determinante en hacerse realmente rico, aunque lean sobre Warren Buffett, y lo admiren. Sin embargo, lo más probable es que Anne Scheiber haya tenido una personalidad similar a la de Buffett: a ambos les gustaba ahorrar e invertir su dinero, y lo hicieron durante largos períodos de tiempo.

Para poner las cosas en perspectiva, a los 52 años, Warren Buffett tenía una fortuna de unos $400 millones, lo que es muchísimo dinero. A la edad de 90 años su patrimonio aumentó a $78 mil millones. Durante casi 40 años, continuó acumulando dinero a una tasa de retorno muy alta.

La idea de Anne de que la forma más fácil de hacerse rico en América es a través de la propiedad de acciones está ampliamente apoyada por el análisis y los datos disponibles hoy día. En el gráfico, el rendimiento de las acciones considerado durante 200 años (1802-2002) en comparación con los bonos, las letras del tesoro, el oro y el índice de precios al consumidor (CPI).

Esto nos permite considerar lo siguiente: mientras que una carrera laboral normal usualmente dura unos 30 - 40 años, un retiro usual también podría ronda otros 30 - 40 años. Una pareja de jubilados debería acumular ahorros para proveer las necesidades de ambos durante ese tiempo. Sin embargo, si lo pensamos bien, muchos padres quieren proporcionar una base sólida para sus hijos e incluso sus nietos. Como resultado, un jubilado típico debería planificar su patrimonio durante más de 30 o 40 años: puede que tenga que pensar en una estrategia a prueba de balas que le permita capitalizar su dinero durante 50 años o más.

En suma, las principales lecciones que podemos aprender de la historia de Anne Scheiber son las siguientes:

1.  Actuar con paciencia y visión de largo plazo (más que años, décadas), invirtiendo regularmente en compañías que podemos entender.

2. Practicar la frugalidad para acumular un capital inicial de inversión y mantener aportes constantes.

3. Mantenerse informados sobre el mercado de valores y atender el consejo de buenos asesores.

4. Reinvertir los dividendos para beneficiarse del efecto compuesto.

Advertencia: las consideraciones expresadas en este blog no son recomendaciones de inversión, sino simplemente un marco para el aprendizaje y la reflexión. Si le interesa ahondar más en el tema, debe profundizar su análisis leyendo reportes e informes y asesorándose debidamente con ayuda profesional.

Es todo por el momento. Espero que el contenido sea de provecho e interés. Hasta la próxima.

Créditos: Cómo Anne Scheiber ganó 22 millones de dólares invirtiendo en acciones con crecimiento de dividendos (The Finanzial).

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