Este blog nació para buscar y ofrecer mi propia visión de los asuntos económicos - pero no sólo de ellos.
En la imagen: Chaplin hace malabarismos frente a una manifestación en Wall Street, allá por 1929-1930.
Y es que la noción de "gestión", complementada con el adjetivo de "inteligente" busca acercar a un entendimiento no tan sobresaliente, pero sí muy constante (ojo: hablo de mí, por supuesto) un conjunto de cuestiones sin las cuales no es posible sobrevivir en el mundo actual. A ello pertenece el amplio campo de la economía, las finanzas, los negocios. Pero también otros asuntos menos tradicionales, como la ecología, el desarrollo sustentable, la "ciencia del éxito", la responsabilidad social, el análisis económico del derecho, la "hermenéutica económica del cine" y hasta la "freakonomia". Claro que no pretendo ser Levitt y Dubner, ni mucho menos Gary Becker, pero lo que hago trato de hacerlo lo mejor que puedo (porque me gusta) y muy a mi manera. Así aporto un grano de arena, desde el mundo en vías de desarrollo para comprender y ayudar a transformar el mundo en que vivimos.
Empecé Gestión Inteligente hace seis años como un recién ex-desempleado con muchas expectativas por tener trabajo nuevo, pero también con mucha cautela, por la misma razón. Sin dudas, supe aprovechar la oportunidad porque la información que empecé a manejar para satisfacer mi curiosidad (gracias a esta bitácora) me ayudó muchísimo a afrontar las tareas del día a día. Ahora, un lustro y una profesión adicional, dos posgrados en curso y un millón de experiencias personales, laborales, académicas y, en suma, vitales sobre la espalda, habiendo recuperado a Gestión Inteligente del letargo impuesto por una vida saturada de tareas y necesitada de tiempo, puedo decir que continuaré con la dinámica que hasta ahora ha venido gozando el blog, que no se decanta por ninguna tendencia en específico, sino que, al gusto personal del administrador, se van tocando temas y noticias de la actualidad, que estén relacionados con los propósitos que motivan a este espacio. Después de todo, es algo por lo que de verdad siento un gusto inmenso y que me ha dado satisfacciones modestas pero estimulantes.
Y para concluir el año, precisamente fijaré mi atención en uno de los reportes que más ocupó mi atención este año, aunque no lo había reseñado en este espacio. Aborda uno de mis temas favoritos: el cuidado del ambiente en el entorno urbano y, lo que es más interesante aún, en las ciudades de América Latina. Ha sido elaborado gracias al patrocinio de una de las empresas líderes del mundo en el campo industrial. Si te apasiona el tema, lector, ya debes haber dado en clavo: me refiero al "Índice de Ciudades Verdes de América Latina", elaborado por la Unidad de Inteligencia de El Economista y apadrinado por Siemens.
Ese crecimiento urbano ha puesto una excesiva presión en la infraestructura existente, que afecta las construcciones, el transporte público, las redes viales, la calidad del agua, la recolección de desechos y la salud pública. El informe busca medir y evaluar el desempeño ambiental de 17 ciudades de Latinoamérica de acuerdo a una amplia gama de criterios (de hecho, la metodología se explica en el texto del reporte y se basa en la experticia de Siemens -la empresa patrocinante- y la Unidad de Inteligencia de El Economista -que elaboró el estudio-, así como de un panel de expertos externos y la experiencia que arrojó la elaboración del Índice de Ciudades Verdes de Europa el año pasado). Su objetivo es "suministrar a todos los grupos de interés una herramienta que permita que las ciudades latinoamericanas aprendan unas de las otras y de esta forma aborden de una mejor manera los desafíos comunes que tienen en materia de medio ambiente".
El estudio ubica a las ciudades cinco bandas de desempeño, a saber: muy por debajo del promedio, debajo del promedio, promedio, encima del promedio y muy por encima del promedio.
¿Cuáles fueron los hallazgos claves en general del estudio? En primer lugar, que Curitiba (Brasil) es claramente la ciudad líder en el Índice. Es la única ciudad que se desempeña en general en la banda 'muy por encima del promedio'. El informe estima que la razón por la cual esta ciudad tiene un extraordinario desempeño en materia ambiental es la de haber aplicado durante mucho tiempo un enfoque integral en relación con el medio ambiente: a comienzos de los 70, al enfrentarse con un rápido crecimiento de la población, los funcionarios competentes implementaron propuestas para reducir la expansión urbana, crearon áreas para peatones y suministraron un transporte efectivo, rápido y de bajo costo. Más aún, la preocupación por los asuntos ambientales se ha convertido en parte de la identidad de los ciudadanos (tal y como sucede en las Copenhague y Estocolomo, que lideraron el Índice Europeo).
Curitiba es la ciudad mejor posicionada en el Índice de Ciudades Verdes de América Latina, elaborado por la Unidad de Inteligencia de El Economista bajo el patrocinio de SIEMENS.
Otro patrón es que cinco de las seis ciudades ubicadas encima del promedio son brasileñas (Belo Horizonte, Brasilia, Curitiba, Río de Janeiro y Sao Paulo). Existe un activo sobresaliente común a todas ellas: unas fuertes políticas ambientales.
También se encontró que no existe un a clara relación entre el desempeño ambiental y el nivel de ingreso de la ciudad (medido como PIB promedio por persona). Curitiba, que está por encima del promedio, por ejemplo, posee sólo un 15% del PIB de Guadalajara, que está muy por debajo. Esto contrasta radicalmente con los resultados de estudios realizados en Europa, que revelan un fuerte vínculo entre el desempeño ambiental y la renta per cápita.
Un aspecto importante es que se observa que el número de vehículos está teniendo efectos negativos, no sólo en el transporte, sino en la calidad del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, la forma como están organizadas las ciudades ha impulsado intereses económicos y actitudes culturales favorables al uso de automóviles, lo que no es para nada ecológico (este sería el caso de Caracas, por ejemplo, que no entró en el estudio).
Los aspectos tomados en cuenta en el informe fueron: energía y CO2, uso de la tierra y edificios, transporte, manejo de desechos, saneamiento, calidad del aire y gobernanza medioambiental. Las ciudades monitoreadas fueron 17 en total, que quedaron en el índice general en las siguientes posiciones:
- Muy por debajo del promedio: Guadalajara y Lima.
- Por debajo del promedio: Buenos Aires y Montevideo.
- Promedio: Medellín, Ciudad de México, Monterrey, Porto Alegre, Puebla, Quito y Santiago.
- Encima del promedio: Belo Horizonte, Bogotá, Brasilia, Río de Janeiro, Sao Paulo.
- Muy por encima del promedio: Curitiba.
Llama particularmente la atención que ninguna ciudad de Venezuela haya entrado en el estudio. Esto sorprende más cuando se considera que no sólo hay dos metrópolis de importancia regional (Caracas y Maracaibo), sino que tanto en ellas, como en otras ciudades del interior del país (Mérida, Valencia, Maracay, entre otras) existen inicativas ambientales que podrían permitirles un intercambio beneficioso en relación con otras ciudades, aportando sus soluciones a dicha problemática. ¿Cuáles pudieron ser los motivos de la Unidad de Inteligencia Económica y de Siemens para no incluir al país? ¿Falta de información o tiempo? ¿Razones de índole no económico, metajurídicas... político-ideológicas? ¿Ignorancia?
Lo cierto es que, si el proyecto de las Ciudades Verdes de América Latina continúa, no podría hacerlo satisfactoriamente sin la presencia de las ciudades de Venezuela, pues de lo contrario pecaría de una parcialidad que inspiraría sospechas de un manejo interesado del estudio.
Texto del reporte en PDF: http://www.siemens.com/press/pool/de/events/corporate/2010-11-lam/Study-Latin-American-Green-City-Index_spain.pdf.
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