martes, diciembre 27, 2011

WSJ: Cómo salvar un día improductivo en 25 minutos

Por TERESA AMABILE y STEVEN KRAMER

¿Cuán a menudo tuvo un día laboral en el que, cuando la media tarde se convierte con rapidez en el fin de la tarde, se da cuenta de que realmente no hizo nada?

Lamentablemente, a menudo, si usted es como muchos de los profesionales con los que hablamos para un estudio reciente sobre la vida laboral diaria a través de la Escuela de Negocios de Harvard.

No sólo estos días improductivos representan un paso atrás para alcanzar el éxito de sus proyectos, sino que además pueden poner en peligro todo su propio bienestar.

(Img. Der.: Teresa Amabile es profesora y directora de investigación de la Escuela de Negocios de Harvard. Su esposo, Steven Kramer, es psicólogo, investigador y escritor).

Descubrimos que nada hace que la gente se sienta más feliz y más interesada en el trabajo que realizar progresos significativos en algo que les importe. Lo llamamos principio del progreso. Pero este principio del progreso tiene una desventaja seria: nada hace que la gente se sienta peor que estancarse en su trabajo, y este efecto negativo es mucho más fuerte.

La mayoría de las veces, la causa de un día improductivo es la fragmentación: intentar encarar muchas demandas que compiten entre sí y a menudo son inesperadas. Es lo que sucede cuando trabajó como loco todo el día y aún tiene la sensación de que no ha sido productivo. ¿Le suena familiar?

Tony Schwartz, David Allen y otros expertos en manejo de los tiempos de trabajo y vida proponen técnicas útiles para establecer rutinas para hacer más cosas. Pero, ¿cómo puede salvar un día en el cual simplemente no ha logrado hacer el trabajo que más importa?

1. Genere un oasis de tiempo (20 minutos).

De ser posible, saque algo de su cronograma de actividades para el resto del día, y proteja sólo 20 minutos para concentrarse, sin interrupciones, en ese proyecto importante. Tener más tiempo es mejor si puede administrarlo, pero 20 minutos aún pueden hacer una diferencia.

Si es necesario, retírese de una reunión no esencial 20 minutos antes, o quédese en la oficina 20 minutos fuera de hora. (Usaría este tipo de tácticas si tuviera una llamada de negocios urgente, ¿no es verdad? Bueno, avanzar con su trabajo más importante es un tema de negocios urgente.) Cierre su e-mail y apague su teléfono. Encuentre una sala de reuniones vacía o un cubículo donde nadie pueda encontrarlo.

2. Releve el progreso que logró en el día (dos minutos).

Use un diario laboral para llevar la cuenta del progreso que consiguió ese día.

Es natural concentrarse en lo que no hizo y las tareas que faltan; pero para obtener un impulso de felicidad y compenetración, debería dedicarle un minuto a repasar lo que sí logró. Incluso si simplemente marcó los próximos pasos de un proyecto creativo, tome nota. Y, si no logró crearse ese oasis de 20 minutos, entonces tome nota de cualquier logro que haya conseguido durante el día, sin importar cuán pequeño sea. Quizás no haya sido trabajo que había planeado, y quizás esté solucionando el problema de otra persona, pero, si avanzó con algo útil, eso realmente es progreso significativo, así que escríbalo.

Permítase disfrutar la sensación de logro, y reconozca que hizo la diferencia.

3. Fije metas para mañana (tres minutos).

Use un truco que aplicaban Ernest Hemingway y otros escritores: deje las cosas por la mitad. Cuando tienen que dejar de trabajar en su proyecto más importante al terminar el día, termine en la mitad de un párrafo, la mitad de una oración, la mitad de una rutina, o algo así, siempre y cuando tenga una buena idea de cómo terminará ese párrafo. De esa forma, podría simplemente retomar la tarea el día siguiente, incluso si todo lo que le dedica al día siguiente es su oasis de 20 minutos.

(http://online.wsj.com/article/SB10001424052970203518404577096922422382042.html?mod=WSJS_gestion_LeftTop; DECEMBER 13, 2011, 6:03 P.M.)

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