jueves, febrero 09, 2012

Sobre el subsidio a combustibles y servicios públicos

Imaginemos a un país tan rico en petróleo que es uno de los primeros productores y exportadores mundiales de crudo, perteneciente al cartel internacional encargado de mantener altos los precios de su principal riqueza, lo que le asegura unos ingresos impresionantes al año, hasta el punto de convertirlo en parte fundamental de su economía y, sobre todo, de sus relaciones comerciales con el resto del mundo.

Supongamos también que el monopolio de la producción, transporte, comercialización y transformación de ese vital recurso le pertenece al Estado, a través de una empresa privada, pero de propiedad absolutamente estatal (esto es, totalmente cerrada a la titularidad de otras personas, naturales o jurídicas, distintas del Estado) y que, como consecuencia de lo anterior, es una cuestión de principios casi inmutables mantener subsidiados los gastos de la población en materia energética y, particularmente, en los productos derivados del crudo (gasolina, diesel, energía termoeléctrica). Por supuesto, la población piensa según este esquema: ¿por qué pagar por un recurso tan abundante y que es propiedad "de todos"?.

Consideremos que, en este escenario, los costos generados por esas medidas llegan a ser tan considerables como para generar una situación que podría tornarse insostenible en una economía en vías de desarrollo y con grandes y urgentes necesidades en el ámbito social. Que las distorsiones en la economía y el gasto que supone el mantenimiento de ese subsidio corre el peligro de afectar profundamente los fundamentos de la infraestructura productiva del país, así como supone un auténtico obstáculo para sus planes de desarrollo económico y social.

Y, no menos importante, añadamos que la naturaleza "revolucionaria" de un Gobierno popularmente electo desde hace varios años, que tiene una prédica incendiaria a favor de la justicia social, la soberanía y otros ideales parecidos, con gran impacto en una población sensible a ese discurso, ha generado mucha aversión y rechazo en muchos factores del ámbito mundial (grandes y pequeñas potencias, organizaciones y corporaciones internacionales, entre otros), hasta el punto de suponer a ese país un foco de inestabilidad para la paz y la seguridad internacionales.

Pensemos que, frente a esa situación, las autoridades responsables de la política económica se proponen formular un plan para, mediante un cambio gradual, progresivo, de mediano plazo, acabar con el alto gasto generado por el subsidio y así brindar mayor estabilidad a los indicadores económicos.

Que, a través de una inteligente combinación de campañas de información a la población sobre la necesidad (y equidad) de eliminar el subsidio a la energía (no sólo la automotriz, sino también la eléctrica, e incluso hasta otros servicios públicos, como el agua), que incorporó a las figuras más representativas del Gobierno (Presidente, Ministros del gabinete económico, entre otros altos funcionarios), así como un programa de tranferencias a las personas que serían más afectadas por el impacto de la medida (particularmente los jefes de familia), que contempló la creación de millones (sí: millones) de cuentas bancarias para distribuir las cantidades de dinero que amortiguarían el efecto de la eliminación del subsidio, acompañado de la sabia medida de mantenerlas congeladas hasta que los incrementos en el precio de los combustibles se hiciese efectivo.


Por último, detengámonos a pensar que, después de un año de ejecución de un plan trazado con tanto detalle, que hasta se formularon unos 200 escenarios posibles de actuación, sencillamente hubo un éxito de tal magnitud, que los resultados son celebrados por las más importantes organizaciones financieras internacionales (muchas de las cuales anteriormente han tratado a ese país como un paria de la sociedad de Estados).

Este no es un ejercicio de imaginación referido a lo que podría pasar en Venezuela o cualquier otro país de la OPEP que cumpla con las características descritas, en caso de eliminarse los ridículos subsidios a los combustibles vigentes en estos países. Es, de hecho, una experiencia palpable. Y fue implementada en un lugar del cual usualmente se reciben noticias generalmente negativas. ¿No lo han adivinado? ¡Apuesto que no!

Se trata, nada más y nada menos, que de Irán. En efecto, la experiencia del país islámico ha sido reconocida en un informe elaborado por especialistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), como un acierto en materia de política económica, que brindará alivio y estabilidad a la atribulada actividad productiva del país, que se encuentra amenazado por las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional (con el patrocinio de los Estados Unidos de América y de Europa Occidental), como consecuencia de la postura de este país al desarrollar un controvertido programa nuclear, que lo ha llevado al borde de una conflagración bélica.


En un excelente artículo de Andrés Rojas Jiménez, publicado el pasado miércoles 8 de febrero de 2012 en el cuerpo "Estrategia" del diario El Nacional (p.7), titulado "FMI elogia la forma como Irán eliminó subsidio a la gasolina", se detalla el proceso en el que gradualmente se sustituyeron los subsidios por transferencias económicas para minimizar el impacto del alza del precio en los combustibles y otros servicios públicos. Aquí presentamos unos extractos:
En diciembre se cumplió un año desde que el gobierno de Mahmud Ahmadineyad en Irán tomó la decisión de eliminar los subsidios en el área energética, comenzando por el de la gasolina. La forma cómo políticamente se llevó esta medida, dominada por el gradualismo y el uso reiterado de campañas de difusión, ha pasado a convertirse en referencia o modelo de exportación al punto de que ameritó que fuera un caso de estudio por parte de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La implementación exitosa de los drásticos incrementos de precio ha creado una oportunidad única a Irán para reformar su economía y acelerar el crecimiento económico y el desarrollo", señala el estudio preparado por los técnicos del FMI Dominique Guillaume, Roman Zytek y Mohammad Reza Farz.

"La reforma convirtió a Irán en el primer país productor y exportador de petróleo que reduce drásticamente los subsidios indirectos masivos a los productos energéticos y los reemplaza por dividendos que se transfieren a la población", agrega el documento.

La eliminación del subsidio a la gasolina se concretó la medianoche del 18 de diciembre de 2010, pero la medida comenzó a prepararse dos años antes y tuvo como preámbulo un mensaje a la población iraní en cadena de radio y televisión por parte de Ahmadineyad (...)

Hasta hace poco más de un año, cualquier iraní con vehículo tan sólo pagaba 10 centavos de dólar por litro de gasolina, una tarifa muy superior a la que desembolsa un venezolano, de entre 1 y 2 centavos de dólar por un litro de gasolina de 91 y 95 octanos, respectivamente.

En cambio, un ciudadano de cualquier nación no productora de petróleo ha llegado a pagar por el mismo volumen 1.900% más, como ocurrió a mediados de 2008, cuando los precios del combustible llegaron hasta 2 dólares por litro debido a que la cotización del petróleo alcanzó récord de 150 dólares por barril.

"El Gobierno consideró que el incremento de los precios tenía que ser significativo para ser capaz de reducir eficazmente la demanda de energía; y se argumentó que alzas de entre 200% y 500% no tendrían mucho impacto en la demanda, y podrían generar oposición a futuros ajustes", indica el reporte del FMI (...)

La medida no se tomó sin que previamente las autoridades iraníes se plantearan hasta 200 escenarios de incremento de precios que debían permitir una reducción del consumo y evitar que Irán continuara con la política de importar gasolina, con la que llegó a requerir incluso hasta de Venezuela.

Vale mencionar que el gobierno de Ahmadineyad no sólo se planteó esta medida, sino que emprendió una política pública dirigida a reducir los subsidios en las tarifas de electricidad, gas natural y suministro de agua potable.

"Al final, las autoridades optaron por implementar uno de varios niveles del sistema de fijación de precios para suavizar el impacto de la reforma y fomentar el uso racional de la energía", señala el informe del Fondo Monetario.

En el caso de la gasolina, se partió de que una persona tuviera la posibilidad de adquirir una porción del combustible a precio subsidiado y la otra parte a cotización de mercado, pero eso requirió que se le emitiera una tarjeta electrónica, similar a las bancarias, que debía utilizar cada vez que fuera a una estación de servicio (...)

"La distribución física de las transferencias de dinero fue bien planeada, se extendió por más de cuatro semanas, y se comenzó a realizar un mes antes de la subida de precios", destaca el reporte del FMI. "Las autoridades anunciaron claramente que el acceso a esos depósitos de compensación permanecerían congelados hasta el día en que los precios energéticos se incrementaran", añade (...)

La acción del Gobierno en materia de comunicación no sólo se limitó al uso de los medios masivos de difusión. El estudio del Fondo Monetario destaca el papel que tuvo Ahmadineyad, quien lideró las reuniones con los representantes empresariales para explicarles los alcances de la reforma y escuchar sus planteamientos o propuestas.

"El presidente y altos funcionarios del Gobierno con frecuencia hablaron de las ineficiencias y de la inequidad social que resulta al tener una energía barata", señala el FMI (...)

El Gobierno también realizó un estudio entre 12.000 empresas para determinar cómo la medida podría perjudicar su actividad productiva; y como consecuencia de eso aprobó la asistencia directa mediante un financiamiento de hasta 30% a través de la banca pública y privada, más créditos adicionales para proyectos que permitieran mejoras en la eficiencia energética en los procesos industriales y comerciales.

Las instituciones financieras también fueron pieza clave porque se necesitaron abrir 16 millones de cuentas bancarias a nombre de cada jefe de hogar y se debía emitir igual número de tarjetas de débito que estuvieran asociadas al mecanismo compensatorio ideado por el Gobierno.

Fuentes:

- Andrés Rojas Jiménez: "FMI elogia la forma como Irán eliminó subsidio a la gasolina" (entornointeligente.com).

- Dominique Guillaume, Roman Zytek y Mohammad Reza Farz: "Irán - La Crónica de la reforma del subsidio". Informe del FMI (PDF en inglés).

- IFM Survey Magazine On Line: "Iran to Cut Oil Subsidies in Energy Reform". Entrevista (en inglés) a Dominique Guillaume y Roman Zytek.

- Benedict Clements, David Coady, y John Piotrowski: "Oil Subsidies: Costly and Rising". Artículo (en inglés) de la revista Finance & Development, June 2010, Volume 47, Number 2.

- Dominique Guillaume y Roman Zytek: "Reducing the Staggering Costs of Cheap Energy". Artículo (en inglés) de la revista Finance & Development, June 2010, Volume 47, Number 2.

- Dominique Guillaume y Roman Zytek: "Islamic Republic of Iran: Selected Issues Paper" ("Papel de Asuntos Selectos: República Islámica de Irán", Informe del FMI sobre la reforma energética en irán y el impacto de la elminación de los subsidios).

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