martes, febrero 28, 2012

Sentido común sobre la inflación (I)


Hace poco, leyendo un libro viejo que encontré en mi biblioteca, topé con este fragmento, que define y explica sin ambages el fenómeno de la inflación:
"La inflación es una enfermedad, peligrosa y a veces fatal, que si no se remedia a tiempo puede destruir a una sociedad.

(...)

Ningún gobierno está dispuesto a aceptar la responsabilidad de haber provocado la inflación, ni siquiera en aquellos casos en que la virulencia de ésta es menor. Los funcionarios públicos encuentran siempre alguna escusa: hombres de negocios voraces, sindicatos codiciosos, consumidores depilfarradores, los jeques árabes, el mal tiempo o cualquier otra que parezca, aún remotamente, plausible. Es cierto que los empresarios son voraces; los sindicatos, ambiciosos; los consumidores despilfarran; los jeques árabes han aumentado el precio del petróleo, y las condiciones metereológicas a menudo son malas. Todo esto puede conducir a aumentos de precios de bienes individuales, pero no puede llevar a un incremento general de los precios de los productos. Puede provocar una subida o bajada temporal de la tasa de inflación. Pero no pueden ser la causa de una inflación continua por una razón muy simple: ninguno de estos aparentes culpables posee una máquina de imprimir mediante la cual producir estos trozos de papel que llevamos en nuestros bolsillos...

La inflación no es un fenómeno capitalista. Yugoslavia (sí, el libro data de mediados de los 70 del siglo pasado, cuando existía algo llamado 'telón de acero', 'guerra fría', 'comunismo' -al estilo estalinista, no al estilo chino- y Yugoslavia, un Estado formado por un archipiélago de pequeños países), un país comunista ha experimentado una de las tasas de inflación más rápidas de todos los países europeos; Suiza, uno de los bastiones del capitalismo, una de las más bajas. Tampoco es una manifestación comunista. La China de Mao experimentó una inflación pequeña. Italia, Japón, el Reino Unido, los Estados Unidos, todos ellos países capitalistas desarrollados, han sufrido aumentos sustanciales de los precios a lo largo de la pasada década. En el mundo moderno, la inflación es un fenómeno relacionado con la impresión de billetes
".

A estas alturas, aún los lectores más avezados pueden dudar sobre quién es el autor de estas palabras. La sorpresa no puede ser menor: se trata de Milton Friedman, con su archiconocida obra "Libertad de Elegir", coescrita con Rose Friedman. En ella, aparte de defender a capa y espada el modelo capitalista, hasta el punto de volver a menudo tediosa una lectura interesante por el tono militante que le da a la obra, el autor revisa varios campos en los que propone una serie de medidas para corregir situaciones que no comulgaban con la visión del economista neoclásico -particularmente, la creciente intervención del Estado en la vida social. Un día de estos haré una reseña más detallada del libro, acerca de lo que me parecen sus aciertos, así como los aspectos que adverso, pero hoy me quiero concentrar en el capítulo de la inflación, que no tiene desperdicio y que es verdaderamente útil e instructivo -sobre todo en la realidad económica que actualmente vive Venezuela:
"El reconocimiento de que una inflación importante es siempre y en todos los sitios un fenómeno monetario representa sólo el inicio de una comprensión de las causas y soluciones de la inflación. La cuestión más importante es la siguiente: ¿Por qué los estados modernos aumentan la cantidad de dinero tan rápidamente? ¿Por qué provocan la inflación cuando conocen el daño potencial que pueden ocasionar?".

¿Es algún gobierno capaz de responder cabalmente estas preguntas?

Pero sigamos con Friedman. En el capítulo 9 de su libro, titulado "El remedio a la inflación", el economista estadounidense establece una comparación entre "dos rectángulos de papel de un tamaño aproximadamente igual": un billete de cinco dólares y un pedazo de papel, "tal vez procedente de una revista de moda". "¿Dónde está la diferencia?" se pregunta el profesor de la Escuela de Chicago. ¿Cuál solución propone a esa interrogante? Veamos:

"La respuesta resumida es que cada persona los acepta (a los trozos de papel de color verde con el rostro de Abraham Lincoln en el centro y con denominación de cinco dólares) porque confía en que los otros hagan lo mismo. Estos trozos verdes de papel tienen valor porque todo el mundo piensa que lo tienen. Y lo creen así porque en su experiencia han tenido valor.

(...)

A pesar de que el valor de la moneda se apoya en una ficción, el dinero cumple una función económica extraordinariamente útil, pero también es un artificio. Las fuerzas 'reales' que determinan la riqueza de una nación son la capacidad de sus ciudadanos, su trabajo y su ingenio, los recursos de que disponen, su modo de organización política y económica, etc. Como John Stuart Mill escribió hace más de cien años: 'En resumen, no puede haber, intrínsecamente, en la economía de la sociedad una cosa más insignificante que el dinero; como no sea en el sentido de un mecanismo para ahorrar tiempo y trabajo. Es un instrumento para obtener con rapidez y comodidad lo que se conseguiría, aunque con más lentitud y fatiga, sin él; y al igual que otros muchos tipos de instrumentos, sólo ejerce una influencia independiente y distinta a la propia cuando no funciona'.

Es una descripción perfectamente correcta del papel del dinero, con tal que reconozcamos que la sociedad difícilmente posee otro mecanismo que pueda hacer más daño cuando se avería
".

Sólo así se explica la analogía reseñada al principio de la inflación como una enfermedad. Pero ¿cuál es su orígen? Sin ningún tipo de aspaviento, Friedman lanza su "j'accuse!" (yo acuso):
"Hoy en día, cuando los medios comúnmente aceptados de pago no tienen ninguna relación con una mercancía dada, el estado determina la cantidad de dinero en todos los países. Éste y sólo éste es responsable de cualquier aumento rápido de la cantidad de dinero. Ese hecho real ha constituido la fuente principal de confusión sobre las causas y remedios de la inflación".

Con más detalle, Friedman explica de la siguiente manera, la forma en que surge el fenómeno de la inflación, provocada por su único causante (el Estado):
"Los recursos físicos y humanos disponibles y la mejora en el conocimiento y la capacidad para utilizarlos fijan un límite a la producción. En el mejor de los casos, la producción puede crecer de un modo bastante lento (a menos que seas chino o consideres que 10% -cifra de crecimiento interanual de China durante los últimos 20 años- sea un nivel "bajo" de crecimiento)... La cantidad de dinero-mercancía está sujeta a límites físicos similares, a pesar de que, como muestran los ejemplos del tabaco (utilizado como moneda en las colonias inglesas de Norteamérica), los metales preciosos del nuevo mundo y el oro dutante el siglo diecinueve, el dinero-mercancía ha crecido a veces mucho más rápidamente que la producción. Las formas modernas de dinero -el papel y los asientos contables- no están sujetas a límites físicos. La cantidad nominal, es decir, el número de dólares, libras, marcos u otras unidades monetarias, puede crecer a cualquier tasa, y a veces los aumentos de ésta pueden ser fantásticos".

(CONTINÚA)


Milton y su esposa (y coautora de "Libertad de Elegir", entre otros libros), Rose Director Friedman.

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