Por FRANCESCO GUERRERA
La crisis de deuda de Europa pareció dar un giro desastroso hace un par de semanas cuando los inversionistas empezaron a abandonar los bonos de las economías más sanas de la zona euro, suscitando temores de que los crecientes problemas podrían sacudir el sistema financiero global y dañar el crecimiento económico mundial.
Con este trasfondo, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, conversó con el columnista Franceso Guerrera de The Wall Street Journal acerca de la crisis financiera global, la perspectiva de resolverla y las implicaciones para el futuro. Estos son apartes editados de la conversación:
Francesco Guerrera: Hace algún tiempo, usted dijo que el mundo estaba en una "zona peligrosa". Hoy vemos que la situación en Europa parece haber empeorado. ¿Cuál es su impresión?
Robert Zoellick (imagen a la derecha), presidente del Banco Mundial, durante el foro de WSJ en Washington.
Robert Zoellick: Aún estamos en una zona de peligro. Hay tres problemas con los cuales Europa trata de lidiar simultáneamente: competitividad, el sistema bancario y deuda soberana. Los tres asuntos están interconectados y lo que se haga en uno afectará el otro.
Vale la pena prestar atención a tres rápidas implicancias de esto. Una es los mercados emergentes. Hay que ver si esto comenzaría a afectar la confianza del consumidor y las empresas en tales mercados, en cuyo caso, uno está en una situación muy diferente si se tiene en cuenta que los mercados emergentes han sido clave para el crecimiento global.
Segundo, lo que los europeos aún están haciendo es dar liquidez para ganar tiempo. No estoy en contra de ganar tiempo, pero depende de cómo se usa ese tiempo. Y en la base de esto tiene que haber una estrategia de crecimiento, algo que los europeos no han resuelto.
Lo tercero es el reequilibrio del poder. No dejó de impresionarme, cuando estaba en la [reunión del G-20 en Cannes], ver a los mercados emergentes en la sala mirando cómo los europeos no podían ponerse de acuerdo y pensar, "Estos son los países que nos daba sermones, los que nos decían qué hacer". Quizá estaríamos dispuestos a ayudar, pero primero ellos tienen que ver cómo se ayudan a sí mismos.
La impresión que me dejó es que nunca quiero ver a Estados Unidos en la posición en la que vi a Europa en esa reunión.
Guerrera: Y si los europeos no logran ponerse de acuerdo, ¿debería otro hacerlo por ellos? ¿Hay alguna otra solución que no sea que el Banco Central Europeo se convierta en el prestamista de última instancia?
Zoellick: Alemania será clave para esto, pero no podrá hacerlo por sí solo. Requerirá diplomacia cuidadosa con Francia, la Comisión Europea y otros actores.
Alemania tiene una serie de posturas que individualmente parecen razonables: no quieren que el BCE rescate a países que no hacen reformas, no quieren volcar su dinero a un pozo con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, etc. El problema es que la posición alemana en última instancia es que otros en Europa necesitan parecerse más a ellos. Y si bien eso sería bueno en materia económica, plantea el interrogante de si ocurrirá y qué significa para la zona euro.
Guerrera: ¿Cuán preocupado está usted sobre la economía china?
Zoellick: La inflación ha sido un riesgo, pero creo que en general la tienen bajo control, aunque no de forma definitiva.
Creo que habrá cierta desaceleración en la economía. Dicho sea de paso, lo mejor para EE.UU. y Europa es que China siga creciendo. Pero está ocurriendo algo mayor. Los chinos están reconociendo que no pueden depender de un crecimiento basado en exportaciones e inversiones en el futuro como lo han hecho en los últimos 30 años.
Admiro que un país que ha crecido a 10% anual por tres décadas tenga la entereza de decir, "Vamos a tener que cambiar la estructura". Quizá, alguna gente en EE.UU. y Europa debería pensar también acerca de cambiar la estructura de sus economías.
Guerrera: EE.UU. —especialmente el Congreso— ha estado criticando con dureza a China, lo cual no ha ayudado para nada. ¿Hay una manera más diplomática de trabajar en esto?
Zoellick: En la diplomacia en general, si se puede encontrar puntos de interés mutuos, probablemente avanzará más que si se trata de abrumar a alguien. Y no estoy seguro de que en este caso los abrumaremos.
Por ello, los puntos de interés comunes son la clase de cosas que expondremos con los chinos a comienzos del año próximo, que se concentran en algunos de los sectores que deben cambiarse, oportunidades para el desarrollo del sector de servicios, oportunidades para el desarrollo de la producción con valor agregado.
Y habrá otras posibilidades. Estamos comenzando a trabajar con los chinos sobre la opción de trasladar manufactura de bajo valor agregado a terceros países, incluyendo en el África Subsahariana.
¿Pero quiere saber qué es lo que realmente debe hacer un país? Dejar de acusar a otros; arreglar sus problemas internos primero. EE.UU. tiene que reparar algunas cosas en casa. Y eso será lo más importante que puede hacer.
Fuente: http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204452104577060640857054660.html?mod=WSJS_inicio_MiddleSecond.
NOVEMBER 25, 2011, 4:58 P.M.
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