Fuente: http://img2.noticias24.com/1111/14montinf440rc.jpg.
Economista y político italiano, sin militancia partidista, Mario Monti ha sido encargado de la formación de un gobierno de unidad para implementar en Italia las reformas y las medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea (UE). Nacido en Varese, el 19 de marzo de 1943, hijo de un argentino de ascendencia italiana. Estudió en la Universidad Bocconi y en la Universidad de Yale, en esta última tuvo como profesor a James Tobin, Premio Nobel de Economía.
En el campo de la política es considerado un técnico ocupando puestos de alto funcionario con distintos gobiernos. De 1970 a 1985 fue profesor de economía en la Universidad de Turín, pasando luego a la Universidad de Bocconi (Milán), de la que fue rector, de 1989 a 1994, y desde entonces presidente. En 1994 entró a formar parte de la Comisión Europea presidida por Jacques Santer, sustituyendo a la anterior comisaria italiana, Emma Bonino. Fue propuesto por el gobierno de Silvio Berlusconi. Hasta 1999 ocupó el cargo de Comisario de Mercado Interior. Ese año, el gobierno de Massimo D'Alema lo confirmó como comisario italiano en la nueva comisión presidida por su compatriota Romano Prodi. En esa ocasión pasó a ocuparse de la comisaría de Competencia. En ese cargo emprendió acciones contra el monopolio de Microsoft y bloqueó la fusión entre General Electric y Honeywell en 2001, hasta entonces la mayor operación industrial de la historia.
El segundo gobierno Berlusconi no lo confirmó en 2004 y fue sustituido como comisario europeo por Rocco Buttiglione. Sin embargo, Buttiglione no conseguiría el respaldo del Parlamento Europeo por lo que finalmente accedió al puesto Franco Frattini (Ministro de Relaciones Exteriores bajo el último Gobierno de Berlusconi).
El profesor Mario Monti fue también director europeo de la Comisión Trilateral, un lobby de orientación neoliberal fundado en 1973 por David Rockefeller. También fue miembro de la directiva del Grupo Bilderberg. Fue presidente del think-tank Bruegel. Monti fue también asesor de The Coca-Cola Company y de Goldman Sachs, durante el período en que esta compañía ayudó a ocultar el déficit del gobierno griego de Kostas Karamanlis.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Monti.
He aquí un perfil del nuevo Premier, del diario El País de España, titulado "El Gentleman sin miedo":
"Un gentleman. La palabra surge una y otra vez cuando hoy se inquiere en Bruselas sobre Mario Monti, a sus 68 años primer ministro in pectore de Italia. Pero también se le adjetiva como serio, riguroso, exquisito, valiente, cariñoso, inteligente, extraordinario, europeísta, tecnócrata, reservado… diríase que él solo agota todas las palabras de encomio del diccionario, que sigue soltando pétalos: íntegro, ecuánime, justo, profesional (muy), humano (muy), capaz (muy), hombre que escucha, pragmático, discreto… Las fuentes son diversas, personas que trabajaron con él, que lo hicieron junto a él, que chocaron con él o que lo observaron desde fuera a lo largo de los 10 años que sirvió en la Comisión Europea como comisario de Mercado Interior, en un primer mandato, y de Competencia, luego, lanzado en ocasiones con celo talibán a empeños de los que no siempre salió triunfante por más que lo que haya quedado en la memoria sean triunfos como los logrados en la liberalización de los duty free de los aeropuertos, el veto al tándem de General Electric con Honeywell o la multa descomunal a Microsoft por abuso de posición dominante.
Incluso Jack Welch —uno de los mayores gestores empresariales del siglo XX, y a quien Monti echó por tierra en 2001 la adquisición de Honeywell por su General Electric, entonces la mayor operación industrial de la historia— le recuerda en sus memorias como 'amable, inteligente, aunque formal en exceso'. Cuenta el americano cómo notó en su primera reunión que había una cierta sintonía personal entre ambos y, según la costumbre de Estados Unidos, le ofreció rápidamente el tuteo. 'Señor Monti, llámeme Jack, por favor', le tentó el tiburón. 'Le llamaré Jack cuando el asunto esté resuelto', respondió el comisario. Formal en exceso, quizá, pero 'siempre sabe cuál es su sitio', explica alguien que trabajó con él durante años.
Así que Italia y la Unión Europea deben prepararse para un cambio radical en Roma. Abandonan el escenario las bufonadas, las horrísonas salidas de tono, las chabacanerías innúmeras, policías y ladrones para dejar paso al rigor, la sensatez, el conocimiento, los valores y el porte aristocrático. No en vano en Bruselas también hay quien llama a Monti 'el Cardenal'.
EL PRIMER SUPERMARIO
Ahora etiquetan de 'Supermario' a Mario Draghi, gobernador entrante en el Banco Central, pero el original Supermario fue Monti. Aunque ello no evitó que se dejara repetidamente plumas ante el Tribunal de Justicia de la Unión, que desautorizó estruendosamente sus vetos a fusiones cuyos perjudicados tendrán, con el visto bueno del juez Bo Vesterdof, palabras de otro tenor cuando piensen en Monti. Un veterano observador de los vaivenes bruselenses cree que aquellos errores del comisario se debieron a que 'en una primera etapa fue presa de funcionarios ayatolás del libre mercado, a los que llamaban Los Pirañas, un grupo que tenía en el despacho una estrella de sheriff con una piraña en medio'. El caso es que, advertidos los fallos, Monti reconvirtió la Dirección General de Competencia. Años después, la sentencia del Tribunal de Luxemburgo sobre Microsoft, dándole la razón en todo, le devolvió la aureola deslumbrante de la que ya no se ha desprendido. El supereconomista es miembro del Club Bilderberg, que reúne informalmente y con la máxima discreción a los poderosos del mundo, que ya hace unos meses le veían al frente del Gobierno italiano, y ha sido asesor de Goldman Sachs, eterno ingrediente de la actual crisis.
Monti llegó a Bruselas por primera vez como comisario enviado, precisamente por Berlusconi, a la Comisión presidida por Jacques Santer, quien al conocer a su nuevo colega —nacido en Varese, al norte de Milán, a un tiro de piedra de Suiza— le dijo al primer ministro: 'Silvio, no me has enviado un italiano, me has enviado un alemán'. Para italiana ya estaba Emma Bonino y hasta a Silvio Berlusconi eso le debió parecer suficiente. El segundo mandato, con Romano Prodi, lo cumplió Monti a petición de Massimo D’Alema, un antiguo comunista. Tal patrocinio desde ambos lados de la fractura ideológica prueba el respeto intelectual que Monti ha sabido granjearse en Italia a lo largo de una vida rigurosa y de trabajo, alejada de la farra política. En estos pasados 17 años de continuas turbulencias en Roma se ha especulado en alguna ocasión con su entrada en el Gobierno. 'A Elsa no le gusta nada Roma', respondía medio en broma medio en serio, refiriéndose a su mujer, a los que querían tirarle de la lengua.
Ahora Elsa tendrá que aguantar. Quienes les conocen creen que sin la una no existiría el otro. Él mismo, en un discurso pronunciado en Berlín en 2001 con motivo de la entrega del Wolfram Engels Prize, otorgado a adalides del libre mercado, relató sus luchas a brazo partido para acabar con el monopolio de los duty free en los aeropuertos y concluyó su intervención mezclando con sentimiento la infame jerga burocrática de Competencia y su amor a Elsa: 'La única posición claramente dominante contra la que no abriré una investigación es la de mi mujer en el mercado relevante de mi vida familiar durante casi 40 años'.
En aquel discurso reveló las presiones que varios primeros ministros hicieron sobre Prodi para que abandonara sus planes sobre los duty free, presiones en las que una fuente conocedora del caso incluye una llamada de Bill Clinton. Monti no tembló. 'Es un hombre que no tiene miedo ni hace favores', señala alguien. ¿Y cómo le va a ir de primer ministro? La respuesta es un compendio de algunas de las recibidas: 'Es un tecnócrata, pero tiene sentido político.Tiene todo lo que hace falta en un momento tan difícil. La cuestión es que brillar en Bruselas, donde todo está pautado, no es lo mismo que hacerlo en el Parlamento italiano, donde te pueden partir la boca. No sé qué tipo de garantías tendrá para sobrevivir más de 30 días. Supongo que el presidente Giorgio Napolitano habrá hecho algo'".
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/12/actualidad/1321132290_924839.html.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario